NUESTRA SEÑORA MADRE DOLOROSA DE CASTELPETROSO
22 de marzo



   Bibiana se hallaba de camino a un lugar llamado Cesatra Santi donde la familia tenía un pequeño lote de tierra en Castelpetroso (Molise, Italia). Al principio su madre no estaba muy convencida de dejarla ir sola ya que habían muchos lobos salvajes en esa área. Bibiana llevó consigo a su prima Serafina y se armó con un rastrillo que también le ayudaría a preparar la tierra para poder sembrarla en la primavera.

   La mañana del día 12 de Marzo, como era la costumbre, llevaban un grupo de ovejas a pastar mientras trabajaban la tierra. Alrededor de las 3:00 p.m. se dieron cuenta que las ovejas se habían perdido de vista. Mientras las buscaban pasaron por una pequeña cueva por cuya abertura veían salir un rayo de luz. La entrada a la cueva era tan pequeña que ellas no podían entrar. Vivian estaba sorprendida y alarmada, pero llena de valor como para mirar mas de cerca lo que estaba sucediendo. La fisura en la roca estaba bañada con la luz.

   Diez días más tarde, el 22 de Marzo de 1888, llena de curiosidad y con la excusa de seguir cultivando la tierra para la siembra consiguió permiso para ir sola a la cima de Mount Patalecchio. Tan pronto como llegó a Cesa tra Santi, Bibiana fue a la roca y vio, como antes, que estaba iluminada por dentro. Se acercó y arrodillándose, con mucho temor por lo desconocido, con sus manos trató de agrandar la fisura para poder ver mejor.

   Fue entonces que, por primera vez, pudo ver la imagen de la Madre Dolorosa con el cuerpo muerto de Jesús a sus pies. La Madre Dolorosa estaba con una rodilla en la tierra, en adoración, su cabeza mirando hacia el cielo de modo suplicante y de sus ojos caían lágrimas; sus manos con las palmas dirigidas hacia el cielo. La Virgen María llevaba un velo púrpura y en su pecho se veía su Corazón traspasado por siete espadas.

   Bibiana volvió apresuradamente a su casa ansiosa de compartir esta experiencia con su familia. Ellos no se impresionaron ni se entusiasmaron y creyeron que ella había alucinado. Después de todo, razonaron, esto ha sucedido anteriormente bajo las mismas condiciones. Pero cuando la gente de los alrededores se enteró de lo sucedido con prisa se dirigieron a escalar la cueva para ver con sus propios ojos. Un periodista del diario siciliano reportó que 4.000 personas se abrían paso para llegar a la pequeña montaña que días antes era desconocida. Le maravillaba el hecho de que antes de la aparición hasta los geógrafos mas famosos hubieran tenido dificultad tratando de encontrar Castelpetroso en el mapa mas detallado de Italia.

Primer milagro, la curación del hijo del Conde Aquaderni

   En Bologna, el Conde Carlos Aquaderni, editor de la revista "El Siervo de María", empezó a escribir una serie de artículos basado en los reportes que el sacerdote de Castelpetroso, Padre Achille Ferrara, le enviaba constantemente. Decidido a investigar por sí mismo, Aquaderni llevó a su hijo de 19 años, Augusto Aquaderni, que sufría de tuberculosis en los huesos, enfermedad que en esos días era incurable. Ambos esperaban un milagro. Aquaderni supo que cerca de la cueva había aparecido una pequeña piscina de agua que era milagrosa, de hecho, un niño de Abruzzi que era sordo y mudo había sido curado.

   Con una fe intensa, Carlos y su hijo fueron a la cueva y los dos fueron favorecidos viendo la aparición dos días seguidos. El hijo del reportero fue curado al usar el agua de la piscina. Aquaderni reportó el milagro en su revista y apeló a que se construyera una capilla en el lugar que la Madre Dolorosa había escogido ser venerada.

Inicio de las investigaciones eclesiales

   Cuando el obispo local, Francis Palmieri, supo de la aparición, siguió el consejo del Papa Leon XIII, condujo una investigación y entrevistó a la visionaria Bibiana. El obispo decidió ir a la montaña por sí mismo, al llegar se encontró con unas veinte personas que rezaban de rodillas. Su excelencia tomó una vela para explorar la cueva pero descubrió que no había necesidad de luz ya que la cueva estaba iluminada. Al mirar dentro pudo ver a la Madre Dolorosa y al Cristo muerto que Bibiana y el periodista de Bologna habían reportado. Movido por tal escena, el obispo habló a los peregrinos sobre lo que había visto y todos rompieron a llorar. El obispo aseguró al Papa Leon XIII que todo estaba en orden en Castelpetroso y que las apariciones de la Madre Dolorosa eran verdaderas.

   Es interesante notar que usualmente Nuestra Señora se aparece a almas privilegiadas ya sean niños o pastores, pero en Castelpetroso se apareció a personas de diferentes clases, pastores, clero, los adinerados y la realeza y otros.

DEVOCIÓN:

   ¿Cuál es el mensaje que la Virgen María, la Madre Dolorosa, quiere impartir a sus hijos? No dijo ninguna palabra pero al contemplar la imagen no es necesario. Esta escena tiene por sí sola una gran dimensión teológica rica y profunda.

   María apoyada en una sola rodilla reconoce la divinidad de su Hijo. Su corazón doloroso y traspasado por siete espadas y las lágrimas que corren por sus mejillas enfatizan el precio pagado por aceptar la vocación  de co-redentora, al lado de su Hijo Redentor, para la salvación de sus hijos espirituales. El cuerpo muerto del Redentor reposando en el manto atestigua el precio que Dios hizo pagar a su Hijo por la remisión y satisfacción de los pecados del mundo. Las manos de la Virgen abiertas y dirigidas al cielo significan la ofrenda perfecta a la voluntad del Padre que en su plan para redimir al mundo escogió la amarga Pasión y muerte de su Hijo.

   En 1975, durante una visita ad limina de los obispos de la provincia de Molise (donde Castelpetroso está localizado), se le dio al Papa Pablo VI una pequeña réplica de la estatua de la Madre Dolorosa. Examinando la estatua de cerca el Santo Padre exclamó espontáneamente, "Así luce la Corredentora". Hay una nobleza en la forma y los rasgos de la Madre Dolorosa, que no únicamente dio el fiat de su Corazón, sino que dio todo su Corazón. 

   Después del citado reconocimiento episcopal y la posterior consagración del santuario, el 6 de diciembre de 1973 el papa Pablo VI proclamó la Virgen Addolorata di Castelpetroso como celeste Patrona del Molise. El 19 de marzo de 1995 el Papa Juan Pablo II visitó el lugar sagrado, rindiendo homenaje a la Virgen Addolorata.

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(Parroquia San Martín de Porres)