NUESTRA
SEÑORA DE CUAPA
1980
d.C.
Cuapa es un pequeño pueblo campesino,
situado a 150 km al este de Managua en el Departamento de Chontales,
Nicaragua. La palabra "Cuapa" se deriva de "coatl pan", que en el
idioma nahualt significa "por encima de la serpiente".
El 15 de Abril de 1980, un acontecimiento
extraordinario que cambiaría la historia de Nicaragua sucede en
Cuapa: Bernardo Martínez, sacristán de la Capilla del
pueblo, mira que la imagen de la Virgen Inmaculada se ilumina.
Benardo cuenta: "Miré la virgen toda iluminada.
Pensé que eran los muchachos que jugando en la plaza
habían quebrado las tejas y así era que entraba claridad
sobre la imagen. Me acerqué para ver y vi que no
había ningún agujero en el techo. La luz no
salía de ninguna cosa. La luz salía de ELLA.
Después de este milagro, sucedieron a Bernardo seis
apariciones de la Virgen María. Por medio de sus mensajes,
La Virgen llama a sus hijos a construir la verdadera Paz en Nicaragua.
Las primeras señales empiezan a ocurrir el 15 de
abril de 1980 en la iglesita de Cuapa donde Bernardo era
sacristán. Al llegar el a la sacristía se encuentra la
imagen de la Virgen toda iluminada. Él inmediatamente, en su
sencillez, lo atribuye a que los muchachos que jugaban béisbol
le habían roto el techo y por eso entraba tanta luz. Pero luego
vio que aquello era sobrenatural. Después vino otra
señal: una luz encendida en la capilla. Bernardo pensó
que alguien de los que ayudaban en la iglesia la habían dejado
así y, como él era el encargado, se preocupó por
los gastos de la electricidad.
Desde ese momento los milagros empiezan a ocurrir en el corazón
del humilde campesino. Él que antes tendía a la ira,
según su propio testimonio, y peleaba con las personas cuando
algo no estaba bien, ahora se quedaba callado. Con el suceso de la luz
encendida pensó pagar él mismo los gastos y no decir nada
y, con respecto a la imagen iluminada, pensó, antes de comprobar
el fenómeno, que no les iba a decir nada a los muchachos, porque
ya había sido bien severo con ellos cobrándoles el
daño del techo causado anteriormente. Cuando antes
Bernardo se enojaba con ira, ahora tan solo se pone triste y reza.
La primera aparición ocurre un día 8 de mayo
de 1980. En el corazón de Bernardo se estaban experimentando
sensaciones que él no podía entender, así que
decidió irse a pescar al río para disiparse un poco.
Camino de regreso con su pesca, se recostó a un árbol a
rezar. A las tres de la tarde ve un relámpago y, sin saber de
dónde venía, caminó unos seis pasos y vio otro
relámpago, entonces empezó a ver la imagen de la Virgen
de La Asunción, conocida en Nicaragua como la Purísima o
la Inmaculada Concepción. Él pensaba que le estaban
jugando una broma y, aunque tenía asombro de lo que veía,
no decía nada, hasta que en uno de los movimientos de la
Señora, que es como le llama Bernardo, la Virgen con los rayos
que salían de sus manos dieron en el pecho de Bernardo; y es
entonces que Él se atreve a preguntarle: “¿quién
es usted?”, a lo que ella respondió con dulzura : “Vengo del
cielo, soy la madre de Jesús”.
Bernardo enseguida recordó que el sacerdote con
quien había hablado cuando aparecieron las primeras
señales, le recomendó que le preguntara a la Virgen
cuales eran sus deseos. Una vez hecha la pregunta, la Señora
responde: “Quiero que recen el Rosario todos los días. No quiero
que lo recen solamente en el mes de mayo. Quiero que lo recen
permanentemente, en familia, desde los niños que tengan uso de
razón...que lo recen en una hora fija cuando ya no haya
problemas con los quehaceres del hogar”
Continuó enseñándole y
diciéndole que al Señor no le gusta que hagamos oraciones
de forma ligera o mecánica, y por eso nos recomendó el
rezo del rosario con citas bíblicas y quería que pongamos
la palabra de Dios en práctica. También le dijo:
"Ámense, cumplan con sus deberes. Hagan la Paz. No (solo) pidan
la paz al Señor porque si ustedes no la hacen no habrá
paz".
Después de una pausa dijo: “Nicaragua ha sufrido
mucho desde el terremoto. Está amenazada a sufrir más
todavía. Seguirá sufriendo si ustedes no cambian. Reza,
hijo mío, el rosario por todo el mundo”. Continuó la
Virgen: “Diles a creyentes y no creyentes que al mundo lo acechan
graves peligros. Pido al Señor que aplaque su justicia; pero si
ustedes no cambian, abreviarán la venida de una tercera guerra
mundial”. Bernardo al comprender que tenía que decírselo
a toda la gente le respondió: “Señora tengo muchos
problemas en la Iglesia. Dígaselo a otra persona.” A lo que Ella
contestó: “No, porque el Señor te ha escogido a vos para
que des el mensaje”. Esta reacción de Bernardo nos
recuerda a otros videntes, como Juan Diego ante la Virgen de Guadalupe
Bernardo prefirió guardar todo en secreto, pero
estaba triste y sentía como un peso de no decir aquello que
había visto. A los ocho días cuando iba en busca de una
ternera, buscó otro camino que no fuera el de la
aparición. Después de caminar un rato, vio un
relámpago y sintió el gozo de la primera vez; luego vino
otro relámpago y enseguida vio a la Virgen. Ella le dijo en tono
amable pero de reclamo: “¿Por qué no has dicho lo que te
mandé a que dijeras?” ,Y Bernardo respondió: “Es que
tengo miedo. Tengo miedo de que se burlen de mí”. Y entonces la
Virgen le dijo: ”No tengas miedo. Yo te voy a ayudar; dile al
sacerdote”. Hubo otro relámpago y luego desapareció.
El 8 de junio Bernardo fue al lugar de las apariciones,
más no sucedió nada. Pero a la noche tuvo un sueño
en el que vio a la Virgen en el lugar de las apariciones. Ella le
señaló una zona del cielo y allí apareció,
como en cine, una multitud de personas con vestidos
hermosísimos. Él lo describe así: “Miré un
grupo de personas, que, vestidas de blanco caminaban hacia donde sale
el sol. Cantaban. Los oía, pero no entendía las palabras.
Tenían un gozo que yo jamás había visto. Luego
apareció otro grupo, y la Virgen me dijo: 'Mira. Éstas
son las primeras comunidades cuando empezó el cristianismo. Son
los primeros catecúmenos. Muchos de ellos fueron
mártires. ¿Quieren ustedes ser mártires?¿Te
gustaría a vos ser mártir?'" Bernardo sigue relatando:
“Yo no sabía lo que esto significaba pero le dije que sí.
Después vi otro grupo, vestido de blanco con rosarios luminosos
en las manos. Se les veía en oración, rezaban el
Padrenuestro y diez Avemarías. Yo rezaba con ellos.
Después vi un tercer grupo, todos vestidos de color café.
Luego de haber rezado me dijo la Señora: 'Estos recibieron el
rosario de mano de los primeros.' Vino un cuarto grupo, pero estos,
venían vestidos como nosotros vestimos. Sentí de pronto
que podía entrar en este grupo, porque vestían como yo.
Pero me miré las manos y me las vi negras, ellos, en cambio,
como los anteriores despedían luz. Entonces dije: Señora
con estos me voy porque están vestidos como yo. Ella me dijo:
'No todavía te falta, tienes que decir a la gente lo que has
visto y oído. Te he mostrado la gloria del Señor, y esto
van a adquirir ustedes si obedecen al Señor, la palabra del
Señor, si perseveran en el rezo del Santo Rosario y ponen en
práctica la palabra del Señor'”.
Para la aparición que correspondía al 8 de
julio la Virgen no vino al lugar de las apariciones, sino que Bernardo
tuvo un sueño que se relaciona con la confirmación de
todos estos sucesos que parecían de orden sobrenatural.
También el sueño tiene que ver con las peticiones y
encargos que la gente le hacía a Bernardo para que le pidiera a
la Señora. En el sueño, Bernardo ve a un ángel y
éste le dice que la oración que había él
hecho, en el lugar de la aparición y donde la Virgen no
llegó, había sido escuchada.
Entre las peticiones de mucha gente, se encontraba la de
una señora que tenía un hermano preso, acusado
injustamente; y el ángel trajo un mensaje para ellos. El
ángel dijo: “Ve y dile a la hermana que el preso está muy
triste; que le aconseje que no firme un documento; que lo van a
presionar para que lo firme haciéndose responsable de un dinero;
él es inocente. Que ella no se aflija, que va a poder hablar con
él a solas, que la van a tratar con amabilidad. Que vaya el
lunes al comando de Juigalpa a dar todos los pasos para sacarlo, porque
ese día lo van a dar. Que lleve mil córdobas porque le
van a cobrar la multa”.
Bernardo, despierto del sueño, hizo lo que el
ángel mandó. Todo salió como el ángel
había dicho. Luego la señora, maravillada del evento, fue
a dar gracias a Bernardo por lo ocurrido.
En agosto no hubo aparición, sino hasta el mes de
septiembre. Bernardo fue acompañado de mucha gente, al lugar de
la aparición; y como era costumbre, al segundo relámpago
veía a la Señora, solo que esta vez la vio como
niña. Bernardo la describió así: “Ella era
bellísima, pero niña. Era pequeña, vestía
una túnica color crema pálido. No tenía velo, ni
corona, ni manto. Ningún adorno, ni bordado. El vestido era
largo, manga larga y estaba ceñido con un cordón rozado a
la cintura. El cabello le caía a los hombros y era color
café. Los ojos también, aunque más claros, casi
color miel. Toda ella irradiaba luz. Se parecía a la
Señora, pero era una niña. Era como una niña de
ocho años”. Cuando le habló, le dio el mensaje diciendo:
“Quiero que recen el rosario, todos los días. No quiero que lo
recen solamente el mes de mayo”... Y continúa sucesivamente como
en el primero. Bernardo le dice que, como le quieren construir una
iglesia, hay personas que le han regalado dinero y ya tienen recogido
ochenta córdobas. Ella le contesta: “No. El Señor no
quiere templos materiales. Quiere los templos vivos, que son ustedes.
Restauren el Sagrado Templo del Señor. En ustedes tiene el
Señor todas sus complacencias”.
QUINTA APARICIÓN: 13 DE OCTUBRE
"VIRGENCITA DE CUAPA"
En esta aparición Nuestra Madre se aparece como la
Virgen Dolorosa. Decía estar triste porque le dolía ver
la dureza de corazón de algunas personas; y le encargó a
Bernardo orar para que esas personas cambiaran; le recomendó
renovar la devoción de los primeros cinco sábados; y
concluyó diciéndole a Bernardo que ya no la vería
más en aquel lugar.