NUESTRO SEÑORA
MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS
24 de mayo
María Auxilio de los Cristianos (en latín: "Maria
Auxilium Christianorum") es una advocación de María
Auxiliadora (en la Iglesia Católica Romana) creada para la
Virgen María y que lleva su nombre desde el año 345 con
Juan Crisóstomo, tomó fuerza con el Papa Pío V en
el siglo XVI y fue definitivamente popularizada con el desarrollo de
las obras educativas y apostólicas de Don Bosco en el siglo XIX.
Aunque comúnmente se la asocia a la Iglesia Católica
Romana, la Iglesia Ortodoxa conoce también la advocación
desde 1030 en Ucrania cuando el país logró defenderse de
una invasión bárbara, hecho que la religiosidad de la
época atribuyó al "auxilio"de la Virgen María.
La advocación de María Auxiliadora ha
sido fuertemente asociada hasta el siglo XIX a la defensa militar de
todos los bastiones católicos y ortodoxos en Europa, el norte de
África y Medio Oriente en contra de los pueblos no cristianos,
muy especialmente los musulmanes. Precisamente bajo el pontificado de
Pío V, los pueblos euro-cristianos reunieron una descomunal
fuerza para detener el avance de los turcos que en 1572 dirigían
un poderoso ejército con el fin de conquistar definitivamente a
Europa. Mientras los ejércitos cristianos reunidos de todas las
naciones europeas, lograron derrotar definitivamente a los invasores,
el Papa había pedido a toda la cristiandad que rezaran e
incluyeran la advocación "Sancta Maria Auxilium Christianorum".
En 1806 el Papa Pío VII se negó a sumarse a la exigencia
de Napoleón de bloquear a Inglaterra, lo que condujo a una
invasión francesa de los Estados Pontificios y puso en
prisión al anciano Papa de 77 años de edad, primero en
Savona y luego en Fontainebleau en 1809. En su cautiverio,
situación ésta que le causó un gran sufrimiento y
deterioró bastante su salud, el Papa prometió a la Virgen
que si recuperaba su libertad y volvía a Roma, declararía
ese día como solemne en honor de "María Auxilio de los
cristianos". Bien pronto la suerte de Napoleón cambió y
Pío VII recuperó su libertad. Llegó a Roma el 24
de mayo de 1814 y cumplió su promesa. De este acontecimiento,
viene la tradición de la Solemnidad de María Auxiliadora
cada 24 de mayo.
Con la popularización que los salesianos hicieron
de la devoción a María Auxiliadora en todos los
países en donde se abrieron casas de Don Bosco, se dio el
surgimiento de numerosos santuarios, entre los cuales el más
célebre es precisamente el de la Basílica de María
Auxiliadora en Turín. Por otra parte, fundó el Instituto
Hijas de María Auxiliadora con el fin de llevar el Sistema
Preventivo Salesiano a las muchachas y de honorar a la Virgen bajo
dicha advocación.
Para adornar la Basílica de María
Auxiliadora en Valdocco, Don Bosco mandó pintar una estupenda
obra artística del maestro italiano Tomás Lorenzone en la
cual aparece la Virgen con el Niño como figuras centrales
veneradas por los doce Apóstoles, otros santos y los
ángeles. Aparte de las innumerables representaciones
artísticas de la Auxiliadora, aquella que se considera como el
icono principal es la de Lorenzone en Turín. La idea fue de Don
Bosco que dijo al artista:
En alto María Santísima entre los
coros de los ángeles, después el coro de los profetas, de
las vírgenes, de los confesores. Por tierra los emblemas de las
grandes victorias de María y los pueblos del mundo en el acto de
alzar las manos hacia ella pidiendo su auxilio.
Los atuendos siguen la simbología
judeo-cristiana que se pretende leer en la advocación. Tanto
María como el Niño Jesús llevan los atuendos
reales inspirados en las monarquías europeas, especialmente
germánicas, en vigor durante la Edad Media como las coronas
doradas cuyo color representa el oro y siguen el texto
apocalíptico: "...una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus
pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza...". La madre lleva
en su mano derecha un cetro, símbolo de monarquía y del
reinado mesiánico, al caso dentro de la cosmogonía
cristiana. Tanto la imagen de la Virgen como la del Niño,
corresponden a personajes caucásico - nórdicos y rubios
que revela la asimilación de la advocación dentro de la
historia del catolicismo en Europa especialmente.