BEATO NICOLÁS HERMANSSON
2 de mayo
1391 d.C.



   Nació en Skeningen (Suecia), en el seno de una familia piadosa y burguesa. Estudió en París y Orleans, donde se graduó en ambos derechos. A su regreso a Suecia fue ordenado sacerdote y nombrado preceptor de los hijos de santa Brígida de Suecia; también fue arcediano en la catedral de Linköping. Ejerció ejemplarmente su ministerio, atento a los oficios divinos y a la predicación, y denunció públicamente algunas inmoralidades, lo que no dejó de atraerle algunas contradicciones y serias dificultades. A la muerte del obispo Godescalco fue elegido como el 15º  obispo de Linköping en 1374, aunque el rey Alberto no le permitió tomar posesión hasta 1376.

   Cumplió su ministerio de forma admirable, entregado por completo a la salvación de las almas, al servicio de los pobres y a la predicación. Siguió denunciando los abusos e inmoralidades que quedaban como restos del paganismo aún reciente, y escribió varios comentarios a obras de los Santos Padres, convencido de que su feligresía necesitaba abundante formación doctrinal para consolidar su cristianismo. Fue calumniado y amenazado de muerte por su defensa de los derechos de la Iglesia. Entusiasta por la figura de santa Brígida trabajó por su canonización pero falleció antes de que ésta se produjera.

   En Suecia es muy querido como liturgista y poeta. En Suecia posiblemente nadie había escrito anteriormente versos latinos tan melodiosos como los suyos, y compuso varios himnos que pasaron a la liturgia oficial. Muy famoso es el himno que compuso para el oficio de santa Brígida «Rosa rorans bonitatem», que se sigue utilizando en la liturgia latina. En 1384 inauguró el monasterio de Santa Brígida en Vadstena. Murió en Linköping.  Poco después de su muerte se inició el proceso de canonización -que aun no estaba del todo formalizado- y fue reconocido como beato en 1499 por el Papa Alejandro VI.

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(Parroquia San Martín de Porres)