SANTA NAZARIA IGNACIA MARCH
MESA
6 de julio
1943 d.C.
Nació en Madrid, en el seno
de una familia cristiana de la alta sociedad. Durante su primera comunión,
sintió la llamada del Señor que la invitaba a seguirlo. Vivió
interna en el colegio de las Comendadoras del Espíritu Santo, de Sevilla.
Durante su adolescencia y juventud, quiso ser “misionero jesuita”, “mi sueño
era el sacerdocio”, repetía. En el colegio fundó entre sus compañeras
una congregación misionera, “las misioneras ocultas”. En Sevilla probó
la pobreza y escuchó la profecía del padre Tarín y de
la madre Angelita sobre su futuro como fundadora.
La familia se trasladó
en 1906 a Méjico, y a los 18 años, Nazaria, a los pies de la
Virgen de Guadalupe ingresó en el Instituto de las Hermanas de los
Ancianos Desamparados; para hacer su noviciado tuvo que regresar a España.
Con 23 años, fue destinada con otras compañeras a Oruro, Bolivia;
aquí sintió que su espíritu misionero tenía que
estar “al pie de la calle”, y con las licencias debidas, inició la
fundación de un instituto misionero: La Cruzada Pontificia.
Se dedicaron a la catequesis, a recorrer los campos rurales, minas y ciudades,
predicando y abriendo comedores para los desocupados y orfanatos para niños.
Trabajó para la formación integral de la mujer, fundó
el primer sindicato femenino. “Comprendí que los pobres eran la herencia
que el Señor me daba”. La fundación se convirtió en la
Congregación de las Religiosas Misioneras Cruzadas de la Iglesia, y
las Misioneras Seglares de la Iglesia que pronto se expandieron por Argentina,
Uruguay y España.
Volvió
a España, pero estuvo a punto de morir fusilada durante la guerra civil.
Una intervención de una novicia y una contraorden le salvaron la vida.
Tras peregrinar de embajada en embajada consiguió salir de España
y volver a América, pero no sería la última vez que
estaría en Europa, pues surcó varias veces el Atlántico.
Murió en Buenos Aires, aunque sus restos reposan, por deseo suyo en
Oruro, Bolivia. Ha sido calificada por algunos teólogos como “madre
conciliar” o “profeta de la nueva evangelización”. Fue beatificada
por SS. Juan Pablo II en Roma, el 27 de Septiembre de 1992.