MILAGRO
EUCARÍSTICO DE TRANI
1625
En Trani, provincia de la Puglia – Italia, aún hoy
se conserva en la Catedral de María Santísima Asunta la
Reliquia de este Milagro Eucarístico sucedido alrededor del
año mil. Son muchos los documentos que hablan de este Prodigio,
entre ellos existen algunos monogramas eucarísticos reproducidos
en las viejas calles de la ciudad. El fraile Bartolomé Campi,
describe en su obra "El Enamorado de Jesucristo" (1625), un cuidadoso
informe de cómo se desarrollaron los hechos:
Fingiendo ser cristiana, la mujer comulgó como las
otras… Habiendo recibido la Partícula, se la quitó de la
boca y la puso en un pañuelo. Regresando a su casa, quiso
comprobar si era pan o no. Entonces, puso aquella bendita
Partícula en una sartén llena de aceite para así
freírla…Cuando la Hostia entró en contacto con el aceite
hirviente, la Partícula se convirtió milagrosamente en
carne sangrante. La hemorragia de sangre, llamémosla así,
no se detuvo inmediatamente, sino que se derramaba fuera de la
sartén inundando por todos lados aquella maldita y detestable
casa. Sobrecogida por el terror, la mujer comenzó a gritar…
entonces, las vecinas corrieron a la casa para ver cuál era el
motivo de los sollozos de la mujer...
El Arzobispo, fue informado inmediatamente de lo sucedido.
Ordenó que se recuperase la Hostia con gran reverencia para
devolverla a la iglesia. El mismo abad cisterciense, Ferdinando Ugelli
(1670), en su conocidísima obra enciclopédica "Italia
sagrada", escribe una nota en su séptimo volumen: En Trani se
venera la sagrada Hostia, que en señal de desprecio a nuestra fe
fue puesta en aceite hirviente…, en la cual, desvelado el pan
ázimo, apareció la verdadera Carne y la verdadera Sangre
de Cristo, que se derramó hasta el suelo. Una
confirmación indirecta del hecho lo encontramos también
en una afirmación dicha por San Pío de Pietrelcina: Trani
tiene gran suerte porque por dos veces la Sangre de Cristo ha mojado su
tierra. La referencia está dirigida al milagro
eucarístico que hemos mencionado y al milagro del Crucifijo de
Colonna, de cuya nariz desfigurada brotó un abundante flujo de
Sangre.
En 1706 la casa de aquella mujer fue transformada en
capilla gracias a una generosa donación del noble Ottaviano
Campitelli. La Reliquia de la Hostia fue depositada en 1616 en un
antiguo relicario de plata donado por Fabrizio de Cunio. La Santa
Reliquia ha sido analizada en diversas épocas; la última
vez, data del año 1924, realizada en ocasión al Congreso
Eucarístico interdiocesano convocado por Monseñor
Giuseppe María Leo.