MILAGRO
EUCARÍSTICO DE BETTBRUNN
1125
Alemania
La creación del pueblo de Bettbrun y la
construcción de la actual iglesia de San Salvador se debe a un
Prodigio Eucarístico, verificado en 1125. En el lugar en el que
hoy surge el pueblo y la iglesia existía un tiempo una
pequeña granja llamada Viehbrunn porque al lado había un
pozo, utilizado para que los animales bebiesen. El propietario era un
hombre profundamente devoto del Santísimo Sacramento que se
lamentaba de no poder asistir siempre a la Misa porque la iglesia
parroquial de Tholling se encontraba a una hora y media de distancia.
Movido por este celo, decidió resolver el problema robando una
Hostia consagrada para llevársela a su casa. Así pues, el
campesino la colocó en un orificio en la parte superior de su
bastón, hecho a propósito para la Hostia. Cada
día, cuando el rebaño reposaba, clavaba el bastón
en la tierra, y arrodillado adoraba largas horas el Santísimo.
Por varios meses el campesino tuvo consigo la Hostia, hasta que un
día, distraídamente movió bruscamente el
bastón porque el rebaño se había alejado demasiado
y la Hostia cayó a tierra. El pastor, profundamente dolido, se
inclinó para recogerla, pero toda tentativa fue inútil.
No sabiendo qué hacer corrió a la parroquia de Tholling
para pedir ayuda al sacerdote. Pero también fue imposible para
éste; así que resolvieron llamar al Obispo de Regensburg,
Hartwich, quien se dirigió al lugar, junto con todo el clero. El
Obispo logró recoger la Hostia sólo cuando
prometió al Señor que construiría una capilla en
ese mismo lugar.
En 1125 la capilla fue concluida y la preciosa Reliquia se
conservó allí mismo hasta el año 1330, cuando un
incendio la destruyó completamente. La capilla fue reconstruida
y en su interior fue depositada una columna que había
sobrevivido al incendio.