MILAGRO
EUCARÍSTICO DE AVIGNON
1433
Francia
El Milagro Eucarístico de Avignon sucedió en
la iglesia de la Santa Cruz, sede de los Penitentes Grises de la Orden
Franciscana, cuya fundación se remonta a los tiempos de rey
piadoso Luis VIII. En el momento de este milagro, Avignon fue
considerado el centro de la Cristiandad y el "Palais des Papes" de la
ciudad fue el hogar de una serie de siete papas.
Después de varios días de fuertes lluvias,
los ríos Ródano y Sorgue aumentaron de manera constante,
alcanzando una altura peligrosa. Por último, el 30 de noviembre
1433, Avignon, fue inundado. Los frailes estaban seguros de que su
pequeña iglesia, que se situaba al lado del Sorgue, había
sido destruida por las aguas embravecidas. Ante el temor de que el
Santísimo Sacramento, que estaba expuesto para adoración
perpetua, hubiera sido barrido, el jefe de la Orden y otro fraile
remaron hacia la Iglesia. Llegar fue difícil, pero cuando
finalmente estuvieron ahí se encontraron con un milagro. Aunque
el agua alrededor de la iglesia llegaba a cuatro metros de altura, un
camino desde la entrada hasta el altar estaba perfectamente seco.
La Sagrada Hostia estaba ilesa. El camino desde la entrada
hasta el altar traía a la mente la separación del mar
Rojo, en el tiempo de Moisés, pues a lo largo de los lados de la
Iglesia, el agua aumentó de manera constante, pero la vía
quedó completamente seca. Asombrados por lo que estaban viendo,
los frailes hicieron que otros de su orden llegaran a la Iglesia para
verificar el milagro. La noticia se extendió rápidamente,
y mucha gente y autoridades llegaron a la iglesia, cantando canciones
de alabanza y gracias al Señor. Varios cientos de personas
fueron testigos de este milagro.
Más tarde, los Penitentes Grises determinaron que
el aniversario del milagro se celebre cada año en la iglesia en
el día de la fiesta de San Andrés Apóstol. Incluso
hoy en día, cada 30 de noviembre, los hermanos se reunen en la
Chapelle des Pénitents Gris para celebrar la memoria del
milagro. Antes de la bendición del Santísimo Sacramento,
los hermanos realizan un canto sagrado tomado del cántico de
Moisés, que fue compuesta después de la separación
del Mar Rojo: "Cantaré al Señor, que se ha cubierto de
gloria... Al soplo de tu nariz retroceden las aguas, las olas se paran
como murallas; los torbellinos cuajan en medio del mar... Guiaste con
amor al pueblo que rescataste, lo llevaste con poder a tu santa
morada."(Éxodo. 15, 1-18).