BEATA MIGUELINA
METELLI DE PESARO
19 de junio
1356 d.C.
Miguelina
Metelli, nació en Pesaro en el seno de la familia de los condes
de Pardi; a los 12 años se casó con el duque Malatesta y
a los 20 años se quedó viuda y madre de un único
hijo: Pardino. Por aquel tiempo llegó a Pésaro,
procedente de Siria, una santa mujer llamada Sor Soriana, porque
vestía como una religiosa. Miguelina, fascinada por sus
virtudes, quiso tenerla como huésped en su casa y con el paso de
los días sintió nacer en su ánimo el deseo de
practicar la perfección evangélica; pero el apego a sus
riquezas, el amor a su único hijo y la vanidad femenina
todavía se lo impedían. Un día Soriana,
encontrándose junto con Miguelina en la iglesia de
San Francisco, arrobada en éxtasis, sintió una voz
que le aseguraba que pronto Miguelina la seguiría por el mismo
camino. Posteriormente ambas recibieron una confirmación de esto
mientras estaban en oración ante el Crucifijo. Después
una misteriosa coincidencia pareció confirmar aquella voz: el
pequeño Pardino, atacado de epilepsia murió en poco
tiempo.
Cuando murió su único hijo decidió
cambiar de vida, pero encontró la oposición de sus
padres, que la encerraron como si estuviera loca. Cuando fue liberada
renunció a su patrimonio en favor de los pobres y se hizo
Terciaria franciscana, llevando así por primera vez a
Pésaro la Tercera Orden. Junto con el beato Cico de Pesaro
fundó la Compañía de la Misericordia. Fue en
peregrinación a Jerusalén. Allí, sobre el monte
del Calvario tuvo la visión de Cristo crucificado. Una humilde
mujer la acogió en su casa de Pesaro y vivió así
de la caridad hasta su muerte. Fue enterrada en la iglesia de San
Francesco de Pesaro. Su culto fue confirmado el 24 de abril de
1737 por el Papa Clemente XII. Patrona de Pesaro.