BEATO MIGUEL BAIXERAS
BERENGUER
1936 d.C.
25 de julio
Nació el 14 de
febrero de 1908 en Castellterçol (Barcelona)
Profesó el 15 de agosto de 1924
Sacerdote el 21 de junio de 1931
Fusilado el 25 de julio de 1936 en Lérida
El P. Miguel nació el 14 de febrero de 1908 en
Castellterçol, pueblo de la provincia de Barcelona perteneciente
a la diócesis de Vich y fue bautizado el 16 de ese mes en la
parroquia de San Fructuoso.
Sus padres fueron D. Francisco Baixeras, fabricante tejedor, y Dª.
Montserrat Berenguer. Miguel ocupó el cuarto lugar de los diez
hijos, de los cuales tres fueron claretianos, Ramón, Miguel y
Juan (mártir en Barbastro, beatificado el 25 de octubre de 1992)
y una hija carmelita de la caridad.
Con once años entró en el postulantado de Vich, junto con
su compaisano, P. Jaime Payás, mártír en Sallent.
Su prefecto durante los cuatro años de estancia en dicha ciudad
fue el P. Jaime Girón, que hizo grandes elogios de ambos.
Cursó las Humanidades con las máximas notas.
Se trasladó a Cervera para hacer el noviciado. Tomó el
hábito el 13 de agosto de 1923. Acabado el año de prueba
profesó el 15 de agosto de 1924.
En el mismo centro de Cervera cursó el primero de
filosofía con sobresaliente. A continuación pasó a
Solsona para seguir con la Metafísica, también con
sobresaliente. Durante el segundo curso hizo además el
bachillerato civil con notas brillantes. El tercer curso
1926-1927, Ética, junto con los otros cuatro bachilleres
lo hizo en particular. En enero acabó los exámenes de
bachillerato en Lérida. Entonces cursó el primero de
teología en el seminario diocesano de Solsona para terminar el
bachillerato. En octubre de 1927 recibió la primera tonsura y
las órdenes menores.
El 1 de octubre de 1928, junto con los otros bachilleres, se
trasladó a Cervera para seguir con el segundo de teología
dogmática y el bachillerato universitario. Superó
brillantemente los exámenes de teología alcanzando el
grado de Doctor en julio de 1930. A continuación inició
los estudios de teología moral.
En abril de 1931 comunicó a su familia que había sido
aprobado para recibir las órdenes suavizando un poco las cosas:
«Veremos en qué para todo. Hasta ahora todavía no
nos han hecho ningún ojal en el vientre, ni ningún
agujero en la cabeza; todavía nos movemos», pero les
manifestó que estaba dispuesto a ir América, o por lo
menos pasar la frontera.
Se trasladó a Solsona para ser ordenado de subdiácono el
30 de mayo de 1931, de diácono al día siguiente y de
presbítero el 21 de junio de ese año, con dispensa de
edad, por el Exc.mo Valentín Comellas, Administrador
apostólico de Solsona.
En consideración de sus estudios civiles, los Superiores le
destinaron al colegio de externos de Gracia (Barcelona). Para él
fue un cambio de vida muy grande adaptarse al ritmo del colegio y de la
comunidad. Al año siguiente fue destinado a Solsona, a donde
llegó el 26 de julio de 1932. El P. Provincial le
concedió ir a su pueblo a ver a su familia por unas horas. A
Solsona fue con el cargo de profesor de Lógica. Pero le
atraía más la vida apostólica que la ciencia, la
sabiduría, por ello siempre que podía salía a
predicar a los pueblos o en la misma Solsona. Por ello al terminar el
segundo curso se dedicó solamente a la predicación y con
dicho encargo pasó a Lérida en marzo de 1935. Aquí
le tomó más el gusto a la tarea de predicador
«tiene su parte hermosa en medio del trabajo», como los
viajes, «lo que me extrañó más en los viajes
es que la gente es más respetuosa que antes.
Ni en Lérida ciudad, ni en ningún coche he oído
ningún insulto».
Por otra parte vio la necesidad de la predicación y pudo
comprobar también su poca eficacia. Así lo
escribía a su hermano José el 17 de marzo de 1936, en la
última carta que se conserva del P. Miguel:
«Nuestra predicación es una necesidad porque aguanta un
poco los pueblos pero tiene bien poca eficacia».
.Cualidades. Los que convivieron con él afirman que tenía
dotes intelectuales extraordinarias y a la vez era muy aplicado al
estudio; que era simpático y afable con todos, comunicativo.
También lo recuerdan como religioso piadoso y observante de las
Constituciones.
Como buen misionero tenía gran celo por la salvación de
las almas, que anteponía a los estudios, por lo cual estaba
dispuesto a ir a las misiones extranjeras.
Encarcelamiento y martirio
El día 21 de julio de 1936 fue aprisionado con los demás
en la buhardilla de la casa de la Sra Puig y llevado a la
cárcel. Aquí le colocaron en el mismo departamento que a
los PP. Torres y Tamarit. Siguió la misma suerte que los
demás. Los días que estuvo en la cárcel los
pasó con serenidad dedicado a la oración y
preparación inmediata al martirio, pues su disposición al
martirio la había manifestado a su familia bastante tiempo antes
con estas palabras:
«Y ¿el miedo? Nunca lo he tenido tan fresco. Lo que
nosotros queremos es ir al cielo y yo creo que si nos matan, nos
harán ir directamente, por el atajo más corto y se lo
agradeceré mucho».
A las 4,30 de la mañana del día 25 de julio fue sacado de
la cárcel junto con los mencionados Padres y fusilado a las 4,45
en el campo de Marte de Lérida. Fue enterrado en la fosa
común llamada «Fosa de los mártires», donde
ha sido imposible individuar sus restos.