BEATO MATEO LOPEZ LOPEZ
1938 d.C.
2 de noviembre
A la semana de su nacimiento,
el siervo de Dios don Nicolás González Ferrer lo bautizó
en la Iglesia Parroquial de la Encarnación de su ciudad natal. Criado
en una pobre familia veratense, desde pequeño experimentó una
profunda vocación al sacerdocio.
Estudió en el Seminario de san Indalecio de Almería.
El beato don Manuel Medina Olmos, por entonces Administrador Apostólico
de Almería, lo ordenó presbítero el dieciséis
de marzo de 1935. Unos pocos meses después fue enviado como Cura Regente
de Lúcar. Su madre, doña María, lo acompañó.
Su antecesor en la Parroquia, el canónigo Sánchez
Martínez, escribió: « Los tiempos eran muy difíciles
y cuando llegó la Persecución Religiosa en el 1936, las autoridades
locales le dijeron que saliera de Lúcar y marchó con su madre
a Vera, que era su pueblo natal. Después he sabido que estuvo detenido
en la cárcel del Ingenio y estaba muy enfermo por los malos tratos
y vejaciones a las que por ser sacerdote era sometido. »
Acerca de su cautiverio, el presbítero don Diego Rubio
Gandía contó: « En el Ingenio el sacerdocio no le dejó
descansar; ya que quedaban pocos sacerdotes y don Mateo tenía que
multiplicarse en aquel lugar, antesala de la muerte, todos querían
confesar. » Prácticamente moribundo por la tuberculosis que
contrajo, permitieron a su desolada madre llevarlo al Hospital Provincial.
Las enfermeras republicanas desoyeron las súplicas maternas y negaron
su ingreso hospitalario.
Con enorme dolor, su madre pudo trasladarlo a Vera. Allí
concluyó su martirio, a sus veinticinco años de edad y a sus
tres años de presbiterado. El poeta Martín del Rey, también
preso con el siervo de Dios, le dedicó unos sentidos versos.