BEATOS MATEO LAMBERT,
ROBERTO MEYLER,
EDUARDO CHEEVERS Y PATRICIO CAVANAGH
5 de julio
1581 d.C.
Mateo Lambert era panadero, dueño en realidad de una modesta
panadería, con la que se ganaba la vida. Los otros tres eran
pescadores. Los cuatro fueron arrestados bajo la acusación de
haber ayudado al vizconde Baltinglass y a su capellán jesuita el
P. Robert Rochford en lo que fue un intento desafortunado de dejar el
país por el puerto de Wexford cuando Baltinglass cayó en
la cuenta de que no podía mantener su revuelta contra la Reina.
El intento de ayuda fue desafortunado.
Los cuatro fueron a parar a la cárcel, probablemente al calabozo
del castillo de Wexford. Parece que su juicio y el de otros acusados
comenzó el 10 de junio de 1581 y estaba concluido ya a primeros
de julio. Había interés por parte del diputado regio en
dar algún castigo ejemplar. Mateo Lamben fue interrogado y,
según parece, torturado también. Se le preguntó
por su lealtad al Papa y a la Reina. Él dijo que era
católico, que creía en lo que la Iglesia cree, y que
él no entraba en controversias religiosas. Esto lo dijo y lo
repitió ante el tribunal. Pero desde la deposición de
Isabel I por el papa Pío V en 1570 la lealtad al Papa era
considerada deslealtad a la Reina, y en consecuencia él fue
condenado a muerte como traidor. Los otros tres fueron igualmente
torturados y, pese a la presión de sus familias, perseveraron en
decir que eran católicos tanto en los interrogatorios como
delante del tribunal. Y de ahí vino su condena a muerte como
traidores.
Los cuatro fueron ahorcados, destripados y descuartizados en Wexford en
el mes de julio, pero no se sabe con certeza la fecha, pareciendo la
más probable la del 5 de julio, en que los conmemora el Martirologio
Romano.
Fueron beatificados el 27 de septiembre de 1992 por San Juan Pablo II.