BEATO MARTÍN
MARTINEZ PASCUAL
1936 d.C.
18 de agosto
Nació en Valdealgorfa (Teruel) diócesis de Zaragoza.
Influido por un buen apóstol de vocaciones, que lo
acompañó hasta el martirio, ingresó en el
seminario menor de Belchite, continuando luego en el mayor de Zaragoza.
Terminando el cuarto curso de Teología, en 1934, ingresa en la
Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, con deseos de encontrar
cauce a su vocación misionera. En Tortosa realizó su
último curso de Teología. Ordenado sacerdote en 1935, fue
prefecto en el colegio vocacional de San José de Murcia y
profesor en el seminario de San Fulgencio de esta ciudad, en el
único curso de sacerdocio. Hizo los ejercicios espirituales en
Tortosa en los últimos días de junio y primeros de julio,
junto con el beato Pedro Ruiz de los Paños y 22 de los 30
sacerdotes operarios inmolados aquel verano. Llevando consigo la
Eucaristía a su pueblo, permaneció unos 20 días
huyendo de casa en casa y escondido en una cueva del campo. Muchos
testigos declararon: "El juicio que de él tenían todos
era de un hombre santo. Hubiera llegado a santo aun sin el martirio".
Un día prendieron a su padre y a cinco
sacerdotes y varios seglares más. Su padre le mandó un
recado pidiéndole que huyera, pero él cuando lo supo, y
llevando consigo el Santísimo, salió corriendo al pueblo
para que su padre no padeciera por él. Llegado el comité,
un miliciano para salvarlo dijo que era estudiante, pero él
confesó que era sacerdote y dijo que quería morir con sus
compañeros. Cuando llegó a la prisión, donde se
encontraban otros sacerdotes, les dio a todos la comunión. Fue
martirizado cerca del cementerio de su pueblo, con 25 años de
edad y 14 meses de sacerdote. Se acercó al martirio animado y
risueño. Murió animoso y animando a los demás,
gritando "Viva Cristo Rey" y abrazándose al sacerdote Manuel
Fuster, ordenado el mes anterior.