1281-1285 d.C.
El
francés Simón de Briese llamó se llamó
Martín IV porque los dos Papas Marino fueron integrados en la
lista con el nombre de Martín. Fue un instrumento en las manos
de compatriota el rey de Sicilia, que logró conseguir otra vez
todo lo que había perdido bajoj el pontificado de Nicolás
III.
Le fue devuelto el título de senador y el de vicario imperial. Cuando Carlos se alió con Venecia en contra de Bizancio, el Papa Martín, en lugar de apoyar al emperador, que se había convertido al catolicismo, dio su apoyo a Carlos. Andrónico II, hijo de Miguel Paleólogo, rompía la unión con la Iglesia occidentel poco tiempo después.
El 31 de marzo de 1282, los sicilianos, apoyados por los catalanes, se alzaron contra la dominación francesa y duarnte el alazamiento llamado de las "vísperas sicilianas", mataron a casi todos sus opresores. Sólo dos nobles lograron salvarse de la tremenda sangría. El trono fue ocupado por Pedro III de Aragón, cuñado de Manfedo y por consiguiente sucesor de los Hohenstaufen. En otros sitios de Italia, la gente se alzó contra los franceses. El Papa, asustado por los acontecimientos, vivía en Orvieto, víctima permanente de su error inicial, el de haberse entregado a Carlos de Anjou y a su mala política. Falleció en Perusa.
Le fue devuelto el título de senador y el de vicario imperial. Cuando Carlos se alió con Venecia en contra de Bizancio, el Papa Martín, en lugar de apoyar al emperador, que se había convertido al catolicismo, dio su apoyo a Carlos. Andrónico II, hijo de Miguel Paleólogo, rompía la unión con la Iglesia occidentel poco tiempo después.
El 31 de marzo de 1282, los sicilianos, apoyados por los catalanes, se alzaron contra la dominación francesa y duarnte el alazamiento llamado de las "vísperas sicilianas", mataron a casi todos sus opresores. Sólo dos nobles lograron salvarse de la tremenda sangría. El trono fue ocupado por Pedro III de Aragón, cuñado de Manfedo y por consiguiente sucesor de los Hohenstaufen. En otros sitios de Italia, la gente se alzó contra los franceses. El Papa, asustado por los acontecimientos, vivía en Orvieto, víctima permanente de su error inicial, el de haberse entregado a Carlos de Anjou y a su mala política. Falleció en Perusa.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)