BEATA MARÍA
PILAR IZQUIERDO ALBERO
1945 d.C.
27 de agosto
Nació en Zaragoza, en el seno de una familia muy pobre, pero
cristiana. Desde muy pequeña se distinguió por su amor a
la Eucaristía y a María. Con frecuencia se escapaba a la
basílica del Pilar, para hacer compañía a
Jesús Sacramentado y a María. Socorrió a los
pobres con su propia comida e intercambió sus vestidos por los
harapos de los otros. No pudo realizar ningún estudio, y apenas
sabía leer y no sabía escribir, aunque aprendió a
bordar, labrar el cuero y el oficio de alpargatera.
Sufrió varias enfermedades graves que la llevaron a
una parálisis y una ceguera de las que se recuperó
milagrosamente; por causa de su salud tuvo que trasladarse durante
cuatro años al pueblo zaragozano de Alfamén. "El
sufrimiento es la puerta más recta y verdadera para entrar en el
templo de la santidad" dijo. De regreso a Zaragoza trabajó en
una fábrica de zapatos. En la buahardilla donde se alojó,
fueron muchas personas de toda clase social para pedirle consejo, y
salvó muchas vocaciones durante la guerra civil. El dinero que
le daban como limosna, lo repartía entre los más pobres.
Fundó la Obra Misionera de Jesús,
María y José, en 1939, cuando todavía estaba
enferma. Esta fundación se encarga de trabajar en los suburbios
y de ayudar al restablecimiento espiritual de España.
María Pilar en esta segunda etapa de su vida sufrió toda
clase de incomprensiones, calumnias, desprecios. El obispo de Madrid
revocó el decreto de aprobación y la curia de Zaragoza
declaro que su repentina curación no había sido un
milagro, sino una falsedad y la acusaron de engañadora,
endemoniada, ilusa, falsaria. Soportó pacientemente todo esto,
esperando que la Providencia pusiera todas las cosas en su sitio.
Algunas compañeras abandonaron la fundación ante las
críticas. En 1941, el obispo de Madrid aprobó su
fundación. Poco después volvió a ser probada por
la enfermedad a causa de los quistes del vientre y volvió a ser
incomprendida y calumniada, surgiendo graves dificultades dentro de su
fundación, por lo que aconsejada por su confesor, tuvo que
retirarse de su propia obra en 1944. La siguieron 9 de sus
colaboradores. Se fue a San Sebastián, donde llevó la
cruz del sufrimiento, amando y perdonando. Por un accidente de coche se
fracturó una pierna y se le manifestó un tumor maligno.
Falleció a los 39 años en San Sebastián,
recordando el amor que sentía hacia su fundación que la
había abandonado. Años después su Instituto obtuvo
la aprobación pontificia. María del Pilar fue beatificada
el año 2001 por San Juan Pablo II.