BEATO MARIANO DE SAN
JOSE
26 de julio
1936 d.C.
Santiago Altolaguirre
Altolaguirre nació en el pueblo de Yurre (Álava).
Pronunció sus votos solemnes como Trinitario en el año
1875; en 1880 recibió la ordenación sacerdotal. Fue
superior de algunos conventos y definidor general de su Orden. En el
tiempo en que sufrió el martirio se ocupaba principalmente en la
oración y en la administración del sacramento de la
penitencia en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta.
El día 21 de
julio de 1936 subió al Santuario un numeroso grupo de
milicianos; reunieron a la comunidad, conminándoles a «que
entregaran las armas». Los frailes respondieron que ellos no
tenían armas. Acompañados de los padres José y
Matías, los milicianos registraron el convento, buscando el
pretendido armamento, que no encontraron. Así las cosas,
procedieron a abandonar el Santuario, amenazando a los frailes con que
sufrirían las consecuencias de su negativa, si no se
decidían a entregarles las armas.
Al día
siguiente, 22 de julio, por la mañana, volvieron a subir los
milicianos al Santuario. Reunieron a la comunidad en la
portería, y dieron a los padres por detenidos; fray
Lázaro se encontraba en el pueblo, haciendo las compras. En un
camión bajaron a los cuatro padres a los grupos, 13 escolares,
habilitados como cárcel. Allí fueron objeto de burlas,
amenazas y palizas.
Así pues, el
Padre Mariano tenía 79 años cuando fue apresado el 22 de
julio de 1936. Fue durante los días siguientes duramente
torturado. El religioso trinitario Pedro Aliaga Asensio, natural de
Villanueva del Arzobispo, ha escrito un libro, titulado “Entre palmas y
olivos”, donde describe las torturas que recibió el Padre
Mariano. El Padre Aliaga narra que “primero le ataron con sogas las
muñecas de las manos, obligándole a adoptar una actitud
orante, mientras le daban puñetazos y lo golpeaban con las
culatas de los fusiles, apaleándolo sin piedad.
Después, arrancando astillas de madera del suelo de la iglesia,
se las introducían debajo de las uñas de los dedos de la
mano derecha; se oyó gritar al Padre Mariano varias veces:
“¡No, por Dios; no, por Dios!”, mientras sufría esta
dolorosa tortura. A continuación, con la misma soga, lo ataron
del cuello; echando la soga por encima de la verja que por aquel
entonces cerraba el presbiterio, lo izaron en el aire, dejándolo
caer a continuación. Así, atado, lo arrastraron por las
naves de la iglesia. Después lo subieron a las cámaras
del convento, donde lo volvieron a atar, de forma que quedase de
rodillas sobre unos palos; lo descalzaron y le dieron una paliza en la
planta de los pies con unas tablas del antiguo entarimado del
presbiterio de la iglesia, que había sido retirado. El anciano
fraile fue conducido después a las escuelas del pueblo, que
servían de cárcel y allí fue fusilado el 26 de
julio de 1936. Su cadáver fue sepultado en el cementerio
municipal de Villanueva. En 1945 fue exhumado, y trasladados sus restos
al camarín de la Virgen de la Fuensanta, donde
reposan. Beatificado el 28 de octubre de 2007.