BEATA MARÍA
CRUCIFICADA CURCIO
4 de julio
1957 d.C.
Nació en Ispica, Sicilia (Italia), en el seno de una familia de
alta alcurnia y profunda cultura. Fue educada, según costumbre
de la época, severamente y no se la dejó estudiar, por
ser mujer, a niveles superiores, pero nuestra beata, ávida de
cultura, leyó todos los libros de la biblioteca familiar y le
impresionó mucho la "Vida" de santa Teresa de Jesús,
que la llevó a desear ingresar en el Carmelo "para aprender el
estudio de las cosas celestes".
En 1890, a los 13 años, obtuvo, no sin dificultad,
inscribirse en la Tercera Orden Carmelitana, recientemente
reconstituido. Quiso vivir el ideal del Carmelo que uniera el
espíritu misionero con su dimensión contemplativa, aunque
específicamente apostólico; por ello inició una
primera experiencia de vida en común con un grupo de
compañeras terciarias, en un pequeño apartamento de la
casa paterna, luego se trasladaron a Modica, donde se le confió
la dirección del conservatorio "Carmela Polara" para la acogida
y la asistencia de chicas huérfanas y necesitadas, en el intento
de hacer "mujeres estables, útiles a sí mismas y a la
sociedad".
Después de pruebas y tribulaciones no veía
reconocida canónicamente su obra. Fue a Roma en 1925 a la
canonización de santa Teresa de Lisieux, y acompañada por
fray Lorenzo van den Eerenbeemt, carmelita de la antigua observancia,
fue a visitar Santa Marinella, en la costa del Lazio, que le
impresionó vivamente, por la belleza del lugar y la pobreza de
sus habitantes. Con las debidas licencias eclesiásticas, en 1924
se estableció definitivamente en Santa Marianella y fue afiliada
a la Orden carmelitana.
En 1930, después de sufrimientos y cruces, pudo
fundar las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño
Jesús, dedicadas a la educación y a la asistencia de los
pobres ya fuera en Italia como en otros países. Era
diabética, y sufrió con entereza su enfermedad que la fue
minando, pero que soportó con entereza y a sus hijas les
decía: "anhelo tener hijas santas, hijas eucarísticas,
hijas que sepan orar". Se ofreció toda su vida para reparar el
amor debido a Dios y a María. Murió santamente en Santa
Marinella. Fue beatificada el 13 de noviembre de 2005 por SS
Benedicto XVI.