BEATA MARÍA
CRISTINA DE LA INMACULADA BRANDO
20 de enero
1906 d.C.

Nació en Nápoles y a los pocos días de
nacer murió su madre. Pronto dio signos de una clara
inclinación a la oración, diariamente se confesaba e iba
a recibir la Eucaristía. Solía repetir: "Debo ser santa,
quiero ser Santa".
En 1876 ingresó en la Congregación de las
Sacramentinas de Nápoles, tomando el nombre de María
Cristina de la Inmaculada Concepción. Por motivos de salud tuvo
que abandonar este camino.
En 1878 fundó las Religiosas Víctimas Expiatoras
de Jesús Sacramentado, Congregación que creció
rápidamente, a pesar de las estrecheces económicas, las
oposiciones y la salud precaria de la fundadora. Después de
cambiar de sede varias veces, la comunidad, por consejo del siervo de
Dios: Michelangelo da Marigliano y del beato Ludovico da Casoria, se
estableció en Casoria, cerca de Nápoles. El nuevo
Instituto afrontó grandes dificultades, pero siempre
contó con la ayuda de la Providencia, y se dedicó a la
educación de niños y niñas.
María Cristina siempre estuvo iluminada por su fe
sencilla, firme y viva, que alimentó con la participación
de los sacramentos y la lectura de la Escritura. Cultivó
particularmente la devoción a la Encarnación, a la
pasión y muerte de Cristo y a la Eucaristía. Para estar
más cerca del Sagrario, con el espíritu y el cuerpo,
mandó construir una celda contigua a la iglesia.
El carisma de la Congregación es: "El fin principal de la
Obra es la reparación de los ultrajes que recibe el Sagrado
Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento,
especialmente las muchas irreverencias y descuidos, comuniones
sacrílegas, sacramentos recibidos indígnamente, misas mal
escuchadas, y, lo que amargamente traspasa aquel Corazón
santísimo, es que muchos de sus ministros y muchas almas
consagradas a él se unen a esos ingratos... A las Adoratrices
perpétuas el divino Corazón de Jesús ha querido
encomendarles el dulce y sublime oficio de víctimas de perpetua
adoración y reparación de su divino Corazón y
horriblemente ofendido y ultrajado en el Sacramento del amor".
Murió llena de méritos. Fue beatificada en Roma por san
Juan Pablo II el 27 de abril de 2003. El 17 de septiembre de 2014 el
papa Francisco ha promulgado el Decreto para su Canonización.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)