BEATA MARÍA
CLUSE
12 de julio
1794 d.C.
En
Orange en la Provenza en Francia, beatas Rosa de San Javier (Magdalena
Teresa) Tallien, Marta del Buen Ángel (María) Cluse, María
de San Enrique(Margarita Leonor) de Justamond y Juana
María de San Bernardo de Romillon, vírgenes y
mártires, que consiguieron la palma del martirio durante la
revolución francesa.
En la plaza
de Orange donde estaba levantada la guillotina fueron sacrificadas el
12 de julio de 1794, por su fidelidad a Cristo y al evangelio, cuatro
religiosas que firmemente, desde su prisión, habían
manifestado su
fidelidad a la Iglesia y a sus propios votos religiosos, rechazando
cualquier compromiso contrario a su conciencia. Todas ellas subieron al
patíbulo con fortaleza y serenidad. En la acusación
contra ellas que
sirvió de base a la condena a muerte se había dicho que
las cuatro
religiosas eran refractarias a la ley, habían rehusado
constantemente y
con obstinación prestar el juramento que se les había
exigido y habían
propagado el más peligroso fanatismo.
María Cluse había nacido en Bouvante
en 1761 y había sido recibida en calidad de hermana conversa en
el monasterio de la congregación de la Adoración Perpetua
del Santísimo Sacramento de Bolléne, donde había
hecho la profesión religiosa con el nombre de sor Marta del Buen
Ángel. Siguió la suerte de las otras hermanas y con ellas
fue llevada a Orange, donde perseveró en el buen espíritu
y en la entrega generosa a la voluntad de Dios. Condenada a muerte y
llevada al pie del patíbulo, iba a subir a él cuando se
dirigió a ella uno de los verdugos y le propuso salvarla si le
prometía ser su esposa. Indignada, la religiosa le dijo:
«Verdugo, haz tu oficio, porque yo quiero hoy ir a cenar con los
ángeles».