BEATA MARÍA
CLIMENT MATEU
1936 d.C.
20 de agosto
Nació en Játiva. Era un mujer muy cristiana y su
espiritualidad se nutría en los Jueves Eucarísticos, el
Apostolado de la Oración, la Adoración Nocturna y las
Marías de los Sagrarios, su espiritualidad era sobre todo
eucarística. Decidió ser una apóstol seglar,
viviendo con intensidad su condición de miembro de la
Acción Católica y haciendo cuanto bien podía a su
alrededor. Era también Terciaria franciscana y amaba la
liturgia, encargándose de formentar el canto y en el arreglo de
los ornamentos litúrgicos. Su apostolado, aparte del
específicamente mariano que ejercitaba en el fomento del Rosario
Perpetuo, lo canalizaba sobre todo a través de la Obra de los
Intereses Católicos y de varias cofradías a las que
pertenecía. Su apostolado caritativo y social se encauzó
a través de la obra Apostolado Social de la Mujer, en el
Sindicato Católico Femenino, cuya Caja Dotal y Mutualidad de
Enfermeras ella fundó y dirigió. Pedía a las
familias pudientes para atender a los pobres, ella era de
economía modesta. En el Sindicato estuvo encargada de la clase
de cultura general y labores para obreras.
Llegada la revolución de julio de 1936 se la
avisó que corría peligro y sería mejor que se
fuera a donde pasara inadvertida, pero ella prefirió quedarse en
Játiva y acogerse a la voluntad de Dios. El 20 de agosto de ese
año fueron a detenerla, y como su madre se negó a dejarla
ir sola, ambas mujeres fueron fusiladas en las cercanías del
cementerio a las 3 de la madrugada. Fue beatificada el 11 de marzo de
2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233
mártires de la persecución religiosa en Valencia de los
años 1936-1939.