BEATO LUIS RABATÁ
8 de mayo
1490 d.C.



   Nació en Erice (Trápani-Italia) en el seno de una familia humilde. Su madre influyó en su devoción a Jesús Sacramentado y a María; fueron siempre estas dos devociones las que mayormente vivió y desplegó en su celo sacerdotal. Todavía era un adolescente cuando ingresó en el convento carmelitano de la Anunciación de Trápani. Terminados sus estudios recibió la ordenación sacerdotal; en su primera misa -dicen los testigos- duró más de lo ordinario y su rostro resplandeció de alegría.

   Sus superiores le encomendaron la misión de predicar. Recorrió la mayor parte de los pueblos de Sicilia dejando en todos destellos de santidad. Convirtió a muchos por medio de su palabra. Su celo apostólico se desarrolló sobre todo cuando ingresó en el convento de Randazzo, como superior, que era uno de los llamados "reformados", en los que se vivía con rigor la observancia regular: mortificación, silencio, oración.

   Luis fue un modelo para todos y así vivió hasta que murió asesinado de un flechazo en la cabeza, por negarse entregar un hombre a la justicia injusta de un poderoso, o por reprender al hermano de un tal Antonio Catalucci, que fue quien lo mató, pero no se sabe verdaderamente cual fue la causa de su asesinato. 


   Al respecto la creencia más extendida es la que se narra que volvía al convento cuando por lo que parece un tal Juan Antonio Catalucci, hermano de un religioso al que el santo hubo de reprender duramente por algunas cosas mal hechas, lo hirió gravemente con un flechazo en la frente. La herida se le infectó y luego gangrenó y de resultas de ella murió el 8 de mayo de 1490, habiendo dado un gran ejemplo de paciencia y habiendo perdonado a su agresor, cuyo nombre conocía pero que jamás quiso dar.
Aunque empezó a venerársele como mártir, en la confirmación de su culto por Gregorio XVI el 10 de diciembre de 1841 se le dio título de confesor.

Página Principal
(Parroquia San Martín de Porres)