BEATO LUIS GROZDE
1 de enero
1943 d.C.
Nació en la localidad eslovena de Zgornje Vodale. Fue hijo
ilegítimo y su madre se casó cuando él
tenía cuatro años. Su tía se hizo cargo de
él. Fue marginado, para que no les recordara la vergüenza
de la familia, careció totalmente del afecto familiar.
Sintiéndose lastimado, se aísla, se rebela y se convierte
en un verdadero salvaje. Indeseado por todos, él mismo se
lamenta de no haber fallecido en un accidente. Su único consuelo
es la soledad de los bosques.
Pero cuando va a la
escuela por primera vez encuentra la liberación. Supera su
complejo de inferioridad y se convierte en un excelente estudiante.
Descubre la lectura, la que se convertirá en su pasión.
Aunque parezca difícil, Luis es piadoso.
Por último, la
suerte llama a su puerta. Una benefactora permite que él siga
sus estudios en un colegio de Liubliana, la capital. Es el año
1935, año del Congreso Eucarístico. Las celebraciones
religiosas le impresionan, pero también experimenta el desprecio
de sus compañeros que sólo ven en él a un pobre
campesino desaliñado y pretencioso. Luis reacciona violentamente
a esta discriminación, pero también con el orgullo de ser
el mejor alumno, gracias a su perseverancia y trabajo duro. No tiene
amigos, ni en su pueblo ni en la ciudad, se refugia en el estudio, en
la poesía (para la que tenía un verdadero talento) y el
alcohol. Sin embargo, no carece de cualidades. Tiene la
predisposición de dar clases gratuitas a sus compañeros,
motivándoles. Es piadoso, pero aún cede a las tentaciones
de la vida fácil, perdiéndose por caminos moralmente
reprobables.
Es entonces, que
llevado por unos amigos, ingresa a la Acción Católica.
Poco a poco, empieza en él una lucha que lo llevará a una
conversión radical. Establece su programa de oración,
acepta responsabilidades, incluyendo el editar la revista del
movimiento. Se da cuenta de que los estudios no son sólo un
medio de promoción social sino también un instrumento de
apostolado. Convertido en uno de los mejores líderes de la
Acción Católica, predica, no sólo con palabras,
sino sobre todo con el ejemplo. Su vida ha cambiado, en sus
hábitos y virtudes de pureza, la dulzura, la humildad y la
paciencia: es un verdadero apóstol, testigo de Cristo. Reza,
comulga diariamente, participa en retiros espirituales. Enemigo de la
mediocridad, su deseo es radical: ¡santo o nada!, estaba por
seguir la vocación sacerdotal.
Sus últimos
años de estudio en el colegio coincidieron con la inminente
Segunda Guerra Mundial y con la guerra civil, que sumieron a la
sociedad eslovena en un profundo caos. Entre tanto la situación
política de Yugoslavia se altera. Tras el conflicto mundial de
la Segunda Guerra Mundial viene el surgimiento del comunismo promovido
por Tito y la posterior persecución a la fe católica. Los
líderes de la Acción Católica y los sacerdotes son
asesinados sólo porque se atrevieron a denunciar el peligro del
marxismo. Luis Grodze es consciente de que es un blanco fácil
para la persecución. Confía en el sacrificio de su vida a
Cristo. “No quiero ser un hombre mediocre. Una tarea tan bella y
sublime como la que propone la Acción Católica, vale la
pena que sea vivida a cualquier precio”.
En las vacaciones de
verano del año 1942, Grozde no pudo volver a su hogar debido a
la situación de violencia en su región natal, Dolenjska.
Optó por visitar a su familia el día de Año Nuevo
de 1943 y pidió un permiso para el viaje. El 1 de enero de ese
año celebró la Misa en el monasterio cisterciense de
Stilna y después tomó un tren, que tuvo que dejar porque
las vías estaban interrumpidas. Decidió continuar andando
su viaje hasta la localidad de Mirna, a cuya entrada un centinela
partisano le detuvo e interrogó.
Le hallaron un librito de la misa en latín, el libro de Kempis "Imitación
de Cristo" y un
libro de la Virgen de Fátima. Fue detenido y acusado de
propaganda contra el comunismo. A lo largo de la noche fue torturado
hasta la muerte. Su cadáver fue hallado, días
después, en los bosques cercanos a Mirna, con signos de su
suplicio, aunque incorrupto. Su fama de su santidad ha crecido desde
entonces y es considerado como un verdadero mártir en
Eslovenia. Fue beatificado por SS. Benedicto XVI el 13 de junio de
2010.