BEATO LUIS BRISSON
2 de febrero
1908 d.C.
Nació en Plancy (Francia). Terminada la educación
primaria en la casa parroquial entró en el Seminario Menor de
Troyes, donde se distinguió por su ardiente piedad e
inteligencia. Culminó sus estudios en el Seminario Mayor del que
más tarde fue un profesor muy apreciado.
En 1840, se
ordenó como sacerdote y poco después fue nombrado
Capellán de la Visitación de Troyes, desempeñando
dichas funciones en forma eficiente por más de cuarenta
años. Su vida se basa en la espiritualidad de San Francisco de
Sales, así como también sus métodos en lo
concerniente a la orientación espiritual en general y de la
educación de la juventud en particular.
Su porte era noble y
digno, su paciencia inalterable, una fina expresión de paz y
bondad irradiaba de su mirada penetrante. Con razón León
XIII lo llamó el “hombre de la paz”. Francia a mediados
del siglo XIX se encuentra en plena expansión industrial. Mucha
gente, especialmente jóvenes, llegan del campo a la ciudad,
buscando días mejores, pero al mismo tiempo que ofrecen su mano
de obra, las jovencitas en particular se hallan expuestas a la
inmortalidad de las fábricas. Todo este entorno se convierte en
una inquietud que taladra el corazón del Padre Brisson. Esto
evidenció la real necesidad de fundar una casa que acogiera a
estas jovencitas, un lugar que fortifique su espíritu cristiano,
y a la vez sirva de apoyo para mejorar sus condiciones de vida y sano
esparcimiento.
Es en el mismo
año de 1858 cuando inició las primeras obras sociales en
Francia: “Las Obras Obreras”, para lo cual contó con el apoyo de
Madre Chappuis. La administración inicialmente se encargó
a otras personas, pero debido a que esa no era la dirección
adecuada aparecieron inconvenientes, entonces es preciso contar con
mujeres que realmente se entreguen al proyecto con todo su amor, y esto
se lograría a través de la fundación de una
congregación religiosa según el espíritu de san
Francisco de Sales, esta propuesta no entusiasmó al Padre
Brisson, muchas fueron las pruebas que pidió a Dios para conocer
su voluntad. Estas se hicieron manifiestas inmediatamente y no pudo
seguir resistiendo ya que sucedió un hecho trascendental: la
aparición de Nuestro Señor al joven sacerdote en el
locutorio del Monasterio de la Visitación de Troyes, con la
imposición de obedecer. Rendida su voluntad y dando cumplimiento
a los designios de la Providencia, hace a Dios la ofrenda de su
incondicional colaboración fundando dos congregaciones: Los
Padres Oblatos y las hermanas Oblatas de San Francisco de Sales.
Es a través de
la joven Léonie Aviat (Francisca de Sales), que la misión
toma fuerza, pues ella se convertiría en la cofundadora junto al
Padre Brisson de la Congregación de Oblatas en 1866 y bajo su
responsabilidad estará la realización de las actividades
que lleven a un pleno desarrollo las obras sociales iniciadas con las
“Obras Obreras”, siendo esta una innovación revolucionaria en la
manera de brindar ayuda al pueblo, a las obreras; atrae críticas
mordaces y burlas grotescas, sin embargo el proyecto se afianza.
Por los
años1868 – 1869, a petición de su obispo,
reorganizó la única escuela particular de Troyes, venida
a menos por asuntos pecuniarios. Construyó el Colegios San
Bernardo que llegó a ser la cuna de los Oblatos de San Francisco
de Sales.
La persecución religiosa en Francia (1903 – 1904) es una de las
más duras pruebas que deben pasar las congregaciones religiosas.
Fuerte e inquebrantable en su fe, lejos de dejarse abatir, el Padre
Brisson intensificó su vida de oración y su confianza en
Dios. Por su avanzada edad no sale exiliado al exterior, pero se ve
obligado a recluirse en Plancy, su pueblo natal en su casa paterna
junto al hogar y a los talleres construidos bajo su dirección
para albergar a las obreras que venían desde lejos en pos de
amparo y de trabajo. Falleció en paz, sin embargo su carisma,
enseñanzas y ejemplo sobreviven con pujante vitalidad. Fue
beatificado por Benedicto XVI el 22 de septiembre de 2012.