BEATO LUIS BELDA Y SORIANO DE MONTOYA
1936 d.C.
15 de agosto
Aunque de raíces granadinas,
nació en la ciudad balear y recibió el bautismo dos días
después de su nacimiento en la Iglesia Parroquial de santa Eulalia.
Trasladada la familia a Madrid, el veintisiete de octubre de 1910 recibió
su primera comunión en el madrileño templo de la Concepción.
A los diez años perdió a su padre, que trabajaba en la organización
del XXII Congreso Eucarístico Internacional.
Tras brillantes oposiciones, fue nombrado Abogado del Estado.
El diez de agosto de 1925 contrajo matrimonio con doña Josefa Alberti
Merello en la Iglesia Parroquial de la Concepción de Madrid. Durante
la década de su matrimonio alumbraron seis hijos. Por motivos laborales
la familia se instaló en Almería, donde se hicieron muy amigos
del Obispo fray Bernardo Martínez Noval.
Es difícil sintetizar el compromiso apostólico
del siervo de Dios. Miembro de la Asociación Católica de Propagandistas
y de las Conferencias de san Vicente Paúl, así como del Consejo
Diocesano de Prensa desde el Sínodo de 1929. En la ciudad organizó
conferencias para promover la santidad del matrimonio y denunciar el crimen
del aborto.
Nada más iniciada la Persecución Religiosa fue
detenido y echaron a su familia a la calle. El siete de julio de 1936 fue
arrojado como prisionero al barco Capitán Segarra. Como recuerda su
hija doña Carmen: « En la misma prisión pedía
a mi madre que fuera fiel al Señor y que esperara en la misericordia
y que nos educara en el amor del Señor. »
La noche del catorce de agosto, junto a veintiocho prisioneros,
fue atado y llevado a la playa de la Garrofa. Antes había dicho a
su esposa: « Perdono a todos los que me han ofendido y a los que me
puedan hacer daño, de todo corazón. » Arrojado su cuerpo
martirizado al mar, dos meses después se encontró en la palaya
del Zapillo. Tenía treinta y cuatro años.