BEATOS LUIS AMAGASU
UYEMON, PABLO NIZHIHORI Y 51 Compañeros Mártires
12 de enero
1629 d.C.
La
comunidad cristiana de Yonezawa, ciudad situada al norte del
Japón, en los "reinos del norte", fue iniciada por un samurai
cristiano bautizado en Edo (Tokio). Desde su hogar cristiano, fue
expandiendo la fe por toda la comarca, predominantemente budista, con
la ayuda de algún misionero escondido o que pasaba para
administrar los sacramentos.
Dos son los samurais
que encabezan el grupo: Luis Amagasu Uyemon y Pablo Nizhihori Shikibu.
Sus esposas e hijos colaboraron en la evangelización entre
amigos y conocidos, convirtiendo también a algunos bonzos, y
permanecieron firmes durante el martirio. Los misioneros ocultos o de
paso, dejaron constancia de los hechos por medio de cartas y relaciones.
Los cincuenta y tres
mártires fueron sacrificados en la misma fecha, el 12 de enero
de 1629, conforme iban llegando los grupos al lugar del suplicio. No
hubo encarcelamiento ni fugas. Murieron todos dando testimonio
cristiano, en medio del silencio y las lágrimas de amigos y
conocidos, cristianos y paganos. El shôgun Yemitsu, desde Edo,
había dado la orden de eliminar a los cristianos, pero fue el
"daimyó" Uesugi Sadakatsu de Yonezawa, quien llevó a cabo
la orden. A todos se les ofreció la libertad si apostataban.
De todos los grupos
también se dan detalles precisos, con la edad de los
niños y el grado de parentesco. Son familias enteras
alentándose mutuamente para dar testimonio de fe, orando,
predicando la fe, ofreciéndose en sacrificio...
El grupo de los
cincuenta y tres mártires, todos ellos seglares, se divide por
familias —esposos, hijos y sirvientes— y por lugar de procedencia. De
todos ellos se conserva el nombre y otros datos esenciales: edad,
etc. Entre ellos, hay ancianos y jóvenes, esposos y muchos
niños pequeños, de entre uno y trece años de edad: Luis Amagasu Uyemon con sus hijos: Miguel Amagasu Tayemon casado con Dominga Amagasu y su hija Justa Amagasu, su
otro hijoVicente Kurogane Ichibioye con su esposa Tecla Kurogane y su hija Lucía Kurogane,María
Ito, María
Chobo, Pedro
Yahyoe, Matías
Hikosuke, Timoteo
Obasama Jiroemon y
su esposa Lucía
Obasama, Juan
Gorobioye, Joaquín
Saburobioyoe, Juan
Banzai con su esposa Áurea Banzai y su hijo Antonio Banzai Orosu, Pablo Sanjuro con su esposa Rufina Sanjuro y sus hijos: Pablo Sanjuro y Marta Sanjuro, Simón Takahashi
Jiniemon con su hija Tecla Takahashi, Pablo Nizhihori Shikibu, Luis Jiniemon con su esposa Ana Jiniemon,Mancio
Yoshino Han’emon con
su esposa Julia
Yoshino, Antonio
Anazawa Han’emon con
su esposa Crescencia
Anazawa y sus hijos: Pablo Anazawa Inzaburo, Romano Anazawa Matsujiro y Miguel Anazawa Osamu, Andrés Yamamoto
Shichiemon con su
esposa María
Yamamoto y su hija Úrsula Yamamoto, Ignacio Iida Soemon con su esposa Lucía Iida que era hija de Juan Arie Kiemon y Magdalena Arie, que
a su vez eran también padres de Pedro Arie Jenzo, Alejo Sato Seisuke con su espoca Lucía Sato,
su hija Isabel Sato y su padrePablo Sato
Matagoro, Nicolás
Shichizaemon con su
esposa Magdalena
Shichizaemon y sus
dos hijas de 5 y 3 años, Alejo
Choemon con su
hermano Cándido
Bozo y éste
con su sobrinoIgnacio.
El primer grupo en ser
sacrificado fue el del samurai Nizhihori, decapitado con toda su
familia y sirvientes (esposas y niños pequeños). Al
recibir la noticia de que serían ejecutados, se vistieron de
fiesta, tomaron su rosario y pasaron en oración las
últimas horas. El camino hacia el lugar del martirio estaba
cubierto de nieve. Antes de ser decapitados, todos besaron un
medallón del Santísimo Sacramento, presentado por un
cristiano, repitiendo tres veces: "Alabado sea el Santísimo
Sacramento".
El samurai Pablo
Nizhihori había instruido y bautizado a cuatro no cristianos la
víspera de su martirio. Antes de ir al lugar del suplicio,
tomó un dibujo de la Virgen y lo puso en la funda en lugar del
puñal, además de colocarse el rosario al cuello. De otros
grupos se van narrando detalles de delicadeza, alegría, vida
familiar y espiritual antes del martirio y en el mismo martirio.
De todos los grupos
también se dan detalles precisos, con la edad de los
niños y el grado de parentesco. Son familias enteras
alentándose mutuamente para dar testimonio de fe, orando,
predicando la fe, ofreciéndose en sacrificio...
La niña Tecla, de trece años, hija del samurai
Simón Takahashi, escapó de quienes la querían
hacer apostatar y corrió hacia donde se habían llevado a
su padre; llegando al lugar donde la nieve estaba teñida de
sangre, se quitó las botas de paja para acercarse con respeto y
unirse al martirio de su padre; los dos oraron antes de ser
decapitados. Ignacio Iida arregló la cabellera de su esposa
antes de ser decapitada juntamente con él. Miguel A. Osamu, de
trece años, hijo de Antonio Anazawa, mientras oraba, se
arregló él mismo el cabello para ofrecer su cuello
desnudo al verdugo. Cándido Bozo, de catorce años,
defendió su fe ante las repetidas ofertas de libertad si
apostataba, diciendo: "Si para vivir he de apostatar, no quiero la
vida". Fueron beatificados por Benedicto XVI en 2008.