BEATA LUISA ALBERTONI
31 de enero
1533 d.C.



   Nació en Roma, en el seno de una noble familia. Al morir su padre, su madré se casó de nuevo y decidió que Luisa fuera a vivir con su abuela y sus tías, que le proporcionaron una sólida formación cristiana. Pensaba en hacerse religiosa, pero su madre le propuso un matrimonio y se casó con Giacomo de Citara, con el que tuvo tres hijos, y tuvo un matrimonio feliz, y coincidieron los dos esposos en los mismos gustos y sobre todo inclinados a las obras de piedad y caridad cristiano.

   En 1506 murió su marido, pasó una fuerte crisis interior. Superada aquellos momentos de dolor se hizo Terciaria franciscana y pasó el resto de su vida haciendo obras de caridad entre los pobres de la ciudad, a los que ella misma atendía y llevaba a su palacio; a causa de una calamidad pública, agotó todas sus existencias en víveres y en dinero, vendió su palacio para poder socorrer mejor a los necesitados, de esta forma ella se quedó sumida en la total pobreza. Fue una mujer de una intensa vida de oración, y tuvo experiencias místicas. Murió en Roma.

   El culto fue confirmado en 1671 por el papa Clemente X. Por esos mismos años se realizó el reconocimiento de sus reliquias, y se construyó la nueva tumba en la iglesia de San Francisco a Ripa, adornada con una estatua de Bernini que la representa en éxtasis. Sus reliquias continúan allí mismo.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)