BEATOS LUCIO MARTINEZ
MANCEBO Y SIETE COMPAÑEROS
29 de julio
1936 d.C.
Los
dominicos de Valencia se habían trasladado a Calanda (Teruel) en
1931, cuando vieron que las cosas se estaban poniendo turbias para la
Iglesia en España. El 25 de julio de 1936 los frailes celebraron
la misa con cierta serenidad. Pero dos días más tarde
corrió la voz de que los milicianos catalanes iban a copar el
pueblo. Por tanto, el P. superior mandó desalojar el convento.
Efectivamente, el 27 los milicianos ocuparon el pueblo y empezaron a
detener gente. Ese mismo día cayeron presos fray Gumersindo y
los PP. Antonio, Felicísimo y Saturio; son cuatro. Al día
siguiente echaron mano al P. Lucio, a fray Lamberto y al sacerdote
Manuel Albert. El 29 al amanecer cayó el octavo, el R Tirso.
Siete dominicos y un sacerdote secular. Los tuvieron presos en los
bajos del ayuntamiento, mezclados con otros muchos seglares de signo
religioso. Estaban metidos en un local indecente, sin luz, sin
servicios higiénicos y sin ventilación. Peor que una
cuadra.
Se hizo un juicio de
faltas. Alguien exigía que se hicieran las cosas con justicia.
Pero aquella justicia resultaba ser de la siguiente manera: unos
exigían matar a todos, y otros solamente a los religiosos.
Prevaleció la tendencia más benigna. Había que
matar a estos ocho sacerdotes. Y así se ejecutó sin
más. Hay que decir que esta clase de juicios y de decisiones se
hacían siempre entre insultos, blasfemias y alguna que otra
bofetada. El grupo nuestro se daba perfecta cuenta de su
situación y todos se prepararon para la muerte. Se confesaron
unos a otros. Y fue aquí donde Antonio López Couceiro se
mostró más animoso que los demás para decirles que
era éste el momento de perdonar. «Hay que perdonar. Es
necesario perdonar». También animaban a los seglares
presos para que fueran fieles hasta la muerte.
Sus nombres son: Antonio
López Couceiro, Felicísimo
Díez González, Saturio Rey Robles,Tirso
Manrique Melero, presbíteros; Gumersindo
Soto Barros y Lamberto de
Navascués y de Juan, religiosos, de la Orden de
Predicadores; y Manuel Albert Ginés,
presbítero.
El P. Lucio nació
en Vegas del Condado (León) en 1902. Ingresó en el
Seminario de León en 1912. En 1919 ingresó en el
Noviciado de Solsona. En Valencia recibió el presbiterado en
1925. Desde 1930 hasta 1936 fue Maestro de novicios y estudiantes,
primero en Valencia y después en Calanda.
Siendo subprior de
esta casa intentó trasladar en autocar a todos los religiosos
(36) a Zaragoza. No pudo ser. La tarde del 27 de julio dispuso que los
religiosos, vestidos de seglar, desalojaran el Convento y se refugiaran
en casas o huyeran. él se quedó en el convento
acompañado por otros religiosos, pero también huyeron
ante la visita de los milicianos. Al día siguiente vuelve al
convento para ver lo que había sucedido y es encarcelado.
Mártir en Calanda.
Don Manuel
Albert nació en Calanda (Teruel) en 1867.
Comenzó la carrera eclesiástica en 1882 estudiando
humanidades en la Preceptoría de Andorra (Teruel) y en el
Seminario de Belchite, y Filosofía y Teología en el
Seminario de Zaragoza. Fue ordenado sacerdote en 1891.
Mosen Albert fue un
sacerdote bien conceptuado ante sus superiores, estimado de sus
compañeros y muy querido de los parroquianos calandinos por sus
obras de caridad y atención a los enfermos.
Al entrar los milicianos en Calanda, la casa de Mosen fue una de las
primeras que desvalijaron. Se encontraba en casa de su sobrino,
médico, cuando lo condujeron al Ayuntamiento donde "le metieron
con los padrecitos". Quedó tranquilo, sereno y contento de estar
entre los Padres hasta la medianoche del 29 de julio de 1936, cuando
sufrió el martirio junto con los los dominicos. Fueron
beatificados por SS Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.