BEATA LINDALVA JUSTO
DE OLIVEIRA
7 de enero
1993 d.C.
Nació en Sitío Malhada da Areia, Río Grande do
Norte (Brasil), en el seno de una familia muy humilde. En 1979
consiguió el diploma de "asistente administrativo". Durante diez
años trabajó como dependienta en algunos comercios y
luego como cajera en una gasolinera. Mandaba a su madre la mayor parte
del dinero que ganaba.
En la ciudad de Natal,
donde residía y trabajaba, comenzó a frecuentar la casa
de las Hijas de la Caridad y el asilo de ancianos donde realizaba su
apostolado, dedicándose generosamente a obras de voluntariado.
La muerte de su padre le hizo reflexionar sobre la existencia y a
ayudar a los pobres. "Quiero tener una felicidad celestial
-declaró-, desbordar de alegría, ayudar al prójimo
y hacer incansablemente el bien".
En 1989 ingresó
en las Hijas de la Caridad. En 1991 fue enviada a servir al asilo de
ancianos en San Salvador de Bahía. La cordialidad y
alegría con que trabajaba le granjearon la estima y
admiración de todos. Contagiaba a los demás con su
optimismo.
En 1993 llegó
un hombre, Augusto da Silva Peixoto, al asilo y de carácter
difícil que se enamoró de nuestra Beata. Allí
comenzó un período de pruebas muy duro. Con buenas
palabras, Lindalva, le hizo entender que estaba consagrada totalmente a
Dios, pero este hombre, rechazado, decidió matarla, como
así hizo propinándole muchas puñaladas que la
dejaron muerta.
Fue beatificada por SS. Benedicto XVI el 2 de diciembre de
2007. La memoria litúrgica de la beata Lindalva está
fijada, por la Congregación de Ritos, el 7 de enero, día
de su bautismo y no el 9 de abril, día de su muerte, que es la
norma general de las festividades.