Por limbo se entiende una situación intermedia entre la condenación eterna (infierno) y el premio eterno (paraíso), sin gozo ni tormento.
El
limbo ¿forma parte de la doctrina católica?
No. Se trata simplemente de la opinión de algunos teólogos.
¿Para
quiénes sería el limbo?
Para los niños que mueren sin haber recibido el bautismo y para
los adultos que mueren sin haber tenido nunca el uso de la
razón, por alguna enfermedad, y sin haber recibido el bautismo.
Al no ser merecedores de la gloria ni de la condenación eterna, algunos teólogos pensaron en la posibilidad de un estado intermedio, sin gozo ni sufrimiento.
Jesús dijo: Dejad a los niños que vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos (Lc 18,16).
¿Acaso
estas palabras no quieren decir que los niños no tienen
ningún pecado y por lo tanto, si mueren sin bautismo, de todos
modos alcanzan la salvación?
Desde el principio estas palabras de Jesús fueron entendidas en el sentido de que no hay que impedir a los niños que se acerquen a Jesús mediante el bautismo. Eran las palabras que se usaban para apoyar la práctica del bautismo a los niños.
Si no se admite el limbo, ¿qué pasa entonces
con los niños que mueren sin el bautismo y los adultos que
mueren sin el bautismo y sin haber alcanzado el uso de la razón?
Ni la Biblia ni la Tradición nos dan una respuesta clara al respecto. Lo que sabemos es que Dios ama a todos los hombres y quiere que alcancen la salvación (1Tim 2,4). Por lo tanto también para ellos Dios tendrá algún camino de salvación, aunque nosotros lo desconozcamos.