BEATA LAURA
VICUÑA
22 de enero
1904 d.C.
Se
llamaba Laura del Carmen Vicuña. Nació en Santiago de
Chile, su padre tuvo que marchar al exilio por motivos
políticos. Huérfana de padre a los tres años,
abandonó Chile junto a su madre y hermana y se trasladaron a la
aldea de Quilquihué, en Neuquen (Argentina), donde su madre
trabajó en casa de un rico estanciero, Manuel Mora, con el que
vivió como su amante.
Encontró a las
Hijas de María Auxiliadora en Junín de los Andes, donde
su madre la había enviado para que estudiase y con ellas fue
descubriendo el mensaje de amor evangélico: maduró en el
sufrimiento, tomando conciencia de la situación irregular en la
que vivía su madre. Hizo un programa de vida de tres punto a
modo de santo Domingo Savio, de quién había oído
hablar: " a) Dios mío, quiero amaros y serviros toda mi vida;
por ello os entrego mi alma, mi corazón, todo mi ser; b) quiero
morir antes que ofenderos con el pecado; por ello me mortificaré
en todo lo que me aleje de Vos; c) prometo hacer cuanto sé y
puedo para que Vos seáis conocido y amado, y para reparar las
ofensas que recibís cada día de los hombres,
especialmente de las personas de mi familia". Pidió ingresar en
la Congregación, pero le fue negada por su corta edad. Hizo en
privado los votos correspondientes del Instituto, esperando el momento
de su entrada.
Fue consciente de lo que significaba ser Hija de María
Auxiliadora; ofreció su vida a Cristo, porque era lo más
valioso que poseía, porque amaba a su madre, y quería que
fuera feliz. Otuvo de su confesor el permiso para llevar un cilicio
para defender su inocencia. Un día fue agredida y golpeada por
el amante de su madre. A pesar de todo, consumida ya por diversas
enfermedades, se iba apagando rápidamente, confortada con la
Eucaristía y por la esperanza de la conversión de su
madre. Dios aceptó su ofrenda y murió con 13 años,
consiguiendo la conversión de su madre. Por sus virtudes,
el Papa Juan Pablo II la declara beata el 3 de septiembre de
1988. Patrona de Chile y Argentina.