HISTORIA DE LA IGLESIA
LA RUTA DE LOS BÁRBAROS
del 600 al 900 d.C.
Durante el
siglo VI toda
Europa sufrió profundos cambios: los pueblos que vivían
más allá de las fronteras del imperio romano empezaron a
desplazarse. Eran pueblos germanos, eslavos, turcos, y más
tarde, finlandeses. De su encuentro con los antiguos pueblos de
Occidente y de la fusión de las diversas tradiciones y
concepciones de la vida surgiría un mundo nuevo.
El Imperio romano se había extendido alrededor del
Mar Mediterráneo, en donde los romanos convivieron con los
griegos, los iberos, los celtas, etc. Los pueblos que habitaban
más allá de las fronteras del imperio habían
empezado a penetrar en las tierras del imperio. Eran los pueblos
germanos, francos, vándalos, visigodos...,que cruzaron Europa y
llegaron hasta el África. Los eslavos se dirigieron desde el
Báltico hasta la región de los Balcanes. Los turcos, por
su parte, desde las estepas del Asia central, llegaron a los Balcanes,
a Italia y a la tierra de los germanos.
No se trataba de simples expediciones militares, sino de
movimientos de tribus y pueblos completos (guerreros, mujeres,
niños, caballos y carros que transportaban todas sus cosas). Y
junto con aquel mundo que se trasladaba de un sitio para otro, vinieron
las tradiciones, la religigión y el modo de pensar. Eran "los
bárbaros".
La llegada de los bárbaros contribuyó a la
caída del Imperio de Occidente, y puso en peligro la existencia
del Imperio de Oriente, cuya capital era Constantinopla. Con el tiempo,
aquellos bárbaros cambiaron su vida de vagabundos y se
establecieron en una región determinada y se mezclaron con los
pobladores iniciales de aquellos lugares.
La Iglesia se encontró ante una gran oportunidad.
Algunos "bárbaros" conservaron su antigua religión (el
paganismo) y otros aceptaron la herejía de los arrianos (que
niega que Jesús es Dios). A lo largo de los siglos los
cristianos se iban a esforzar en convertirlos.
A mediados del siglo VI, nos encontramos con Gregorio,
descendiente de una de las más nobles familias romanas.
Desempeñaba el cargo civil más importante en la ciudad:
era el prefecto de Roma. Inesperadamente se hizo monje y
convirtió su palacio en convento.
San Gregorio Magno nació hacia el año 540.
Su padre era senador de la ciudad. Gregorio siguió el ejemplo de
su padre y, terminados los estudios, se dedicó al servicio de la
ciudad: se preguntaba por qué si Roma había sido grande
durante el paganismo, no podría serlo a partir de la fe en
Jesucristo. Se dedicó a engrandecer a Roma y el año 573,
cuando tenía un poco más de 30 años, fue elegido
prefecto de la ciudad. Era el puesto civil más alto y codiciado.
Pero Gregorio utilizó todo el dinero para obras de utilidad
común y para ayudar a los numerosos pobres. La gente lo estimaba
mucho.
Pero Gregorio no estaba satisfecho con esa clase de vida,
y un día de 578 los romanos vieron a Gregorio vestido no con la
toga roja de los magistrados, sino con el humilde hábito de los
monjes. Había abandonado su lujosa carrera para vivir pobremente
como un sencillo monje. Todos le rogaban que volviera a ocupar su
puesto, pero él había tomado ya una determinación
muy firme. Entonces convirtió su palacio en monasterio, donde se
siguió la regla de San Benito.
La fama de Gregorio llegó a oídos del Papa,
Pelagio II, quien le confió una parroquia y luego lo hizo hombre
de todas sus confianzas. Lo envió a Constantinopla como
enmbajador suyo. Al morir Pelagio II, en 590, todo el pueblo y el clero
romanos proclamaron a Gregorio como Papa. Por más que se opuso a
aquel nombramiento, el pueblo insistió, y Gregorio
consideró que aquella era la voluntad de Dios. Fue un gran
Papa y ha pasado por ello a la historia con el nombre de
Gregorio "Magno". Prestó especial atención a las personas
que sufrían y a los pobres, a quienes invitaba a comer en su
casa.
Gregorio Magno admiró la cultura de los antiguos
escritores griegos y latinos, estimó mucho en la vida
monástica y comprendió que el futuro
pertenecía a los nuevos pueblos establecidos en las tierras del
antiguo imperio romano. Por este motivo, confió a los monjes la
tarea de predicarles el Evangelio y de elvar su cultura. En el
año 597 envió monjes a Inglaterra.
En España, a fines del siglo V, se
habian establecido los visigodos (godos del ostes), que
seguirían la herejía de los arrianos (Cristo no es ni
Dios ni hombre, sino una creatura). El rey Leovigildo intentó
convencer a todos sus súbditos de que se hicieran arrianos. La
lucha entre arrianos y cristianos se prolongó hasta el
año 587, cuando Recaredo anunció su conversión a
la religión auténticamente cristiana.
Al principio los visigodos vivían separados del
resto de la población, que era cristiana. Con los años,
se fueron acercando a los cristianos y convivieron con ellos.
Descubrieron que los cristianos defendían con su vida sus
convicciones religiosas, con lo cual numerosos visigodos se
convirtieron al cristianismo. Como el número de cristianos
aumentaba, el rey Leovigildo intentó imponerles a todos sus
súbditos el arrianismo. Prohibió, además, que los
visigodos se hicieran cristianos. Hermenegildo, hijo del rey,
hacía poco conertido al cristianismo, se rebeló contra
aquellas medidas injustas de su padre, quien lo derrotó y lo
mandó matar. Pero, muerta ya Leovigildo, su hijo Recaredo se
convirtió muy pronto al cristianismo y permitió que sus
súbditos hicieran lo mismo. Recaredo sofocó algunas
rebeliones de la aristocracia visigoda y consiguiño la unidad y
la paz.
Los antiguos habitantes de España, junto con los
visigodos, formaron una fuerte unidad y, con el apoyo de fuertes
personalidades, dieron origen a una civilización en que se
reunieron la enseñanza cristiana, la cultura romana y el valor y
fortaleza de los visigodos.
El gran personaje de entonces fue San Isidoro de Sevilla,
nacido en 570. Profundamente inteligente, de gran capacidad para
estudiar y muy amante de su pueblo, estaba convencido de que
éste podía conseguir la misma alrura intelectual y
cultural que los antiguos latinos y griegos (los clásicos).
Siendo ya Obispo de Sevilla y ayudado por varios secretarios, compuso
una especie de enciclopedia, en que se resumían todos los
conocimientos contemporáneos. En esa obra, los visigodos
podrían encontrar toda la cultura. Sus contemporáneos
consideraban a Isidoro como el hombre más sabio del mundo. Su
obra fue, en realidad, el primer cimiento de la época que iba a
comenzar, la Edad Media cristiana.
En Irlanda los monjes no vivían aislados, sino en
contacto con los fieles. Entre esos monjes destacó San
Columbano, que hizo una peregrinación por Europa. Se
asombró de la ignorancia y desorganización de los
cristianos francos (franceses). Se estableció entre ellos
y construyó un gran monasterio, la abadía de Luxeuil, que
en poco tiempo se convirtió en un centro de vida. Allí se
oraba, se estudiaba, se enseñaba y se trabajaba. Se fabricaba
todo lo necesario para los monjes: hábitos, zapatos. Los
cristianos acudían al monasterio para estudiar y para recibir
ayuda espiritual y material.
El Obispo San Patricio introdujo el cristianismo en
Irlanda. Los monjes lo difundieron y conservaron. Los monasterios
fueron verdaderos centros de cultura. Los monjes impulsaron la
práctica de la confesión personal como algo muy
útil.
San Columbano, el más famoso monje irlandés,
abandonó su patria para hacer una peregrinación por
Europa. Encontró en una desastrosa situación el reino de
los francos. Decidió quedarse con ellos para ayudarlos.
Construyó un gran monasterio en Luxeuil, que albergaría
no sólo a los monjes, sino a todos los que quisieran compartir
la vida de los monjes o simplemente estudar. Los monjes más
preparados daban clases. Columbano dio a Luxeuil el
espíritu de seriedad y trabajo de los monasterios
irlandeses. Era muy exigente con sus monjes, y eso atraía a los
cristianos más sinceros y generosos. Este primer
monasterio pronto fue insuficiente y se tuvieron que construir otros.
La organización de Luxeuil era impresionante. Era
una escuela para futuros monjes y laicos. La enseñanza era muy
elevada, tanto, que los francos nobles enviaban ahí a sus hijos.
Los monjes trabajaban las tierras del monasterio, cada vez más
grandes, y dirigían a los campesinos; así se alimentaban
los monjes, los campesinos y los pobres...En el monasterio había
cocineros, panaderos, sastres...Los cristianos acudían al
monasterio en busca de consejo y de ayuda sacramental.
Era tanta la influencia de los monjes, que nobles y
eclesiásticos empezaron a envidiarlos. Además, los monjes
criticaban la conducta poca cristiana de algunos príncipes y
Obispos....Columbano tuvo que abandonar la abadía, pero ya los
monjes irlandeses habían contribuido notablemente el desarrollo
de los cristianos franceses.
Desde los primeros tiempos, algunos cristianos
comenzaron a construit imágenes (que los orientales llaman
"iconos"), con el fin de venerar a Jesús, a la Virgen y a los
Santos. Ya en los siglos VI y VII esta práctica se había
extendido mucho, impulsada sobre todo por los monjes. Pero algunos
cristianos consideraron que esta costumbre era impropia del
cristianismo y quisieron destruir los "iconos" por temor de que
con ellos se fomentaría la idolatría (el culto a los
ídolos y a los dioses falsos) y no el culto del único
Dios verdadero....
La costumbre de construir imágenes ("los iconos")
de Jesús, de la Virgen y de los Santos se fue convirtiendo en
algo común y corriente, sobre todo cuando el paganismo
quedó derrotado y ya no había peligro de confundir las
imágenes cristianas con las paganas. Durante el siglo VII "los
iconos" estaban muy difundidos, y los monjes fomentaban el culto a
estas imágenes, temían que el pueblo ignorante se pusiera
a venerar un trozo de madera y no al Dios ue éste
representaba...Decían que Dios no podía ser representado
y que el culto a las imágenes no se distinguía mucho del
culto a los ídolos....La fidelidad a Cristo....(decían)
exige la destrucción de los "iconos".
Este grupo, contrario a la representación de las
imágenes, pronto fue conocido como "los iconoclastas"
(destructores de imágenes). El emperador León III (700)
se puso de parte de "los iconoclastas", contra el parecer el pueblo, de
los monjes y del Patriarca de Constatinopla. El emperador
prohibió en todo el imperio el culto de las
imágenes...Pero prevaleció la fe humilde del pueblo.
El monje Juan de Damasco (San Juan Damasceno) dio la
solución al problema de las imágenes. Intervino en la
controversia sobre el culto a las imágenes en forma decisiva:
"No veneramos un trozo de madera, sino a Jesús o a los Santos
representados en las imágenes".
San Juan Damasceno escribió: "Al venerar las
imágenes, no se venera la madera o el material de que
están hechas las imágenes, sino la persona o los sucesos
representados. Las imágenes son útiles, porque nos traen
a la memoria la vida virtuosa de Jesús y de los Santos, y nos
exhortan a imitarla". San Juan Damasceno fue el gran defensor de los
"iconos".
Durante el siglo VII y el siglo VIII, el Islam (o
religión de Mahoma) conquistó rápidamente una
región tras otra. La fe islámica y el imperio del Califa
se extendieron desde el Atlántico hasta el Océano Indico.
Su fe inquebrantable y su fueza comercial hicieron florecer
enormemente la religión y al pueblo de Mahoma. En
las ciudades musulmanas se desarrolló una intensa y brillanye
vida social. La cultura islámica se mezcló con las
culturas antiguas y dio una nueva viuda muy original. Se
desarrollaron las ciencias médicas, matemáticas y
astronómicas.
La fe de los mahometanos movía hombres y pueblos.
Durante la primera mitad del siglo VII, el Islam llegó las
llanuras del Asia central. En Occidente, ocupó toda la costa
africana sobre el Mediterráneo, conquistó los reinos
africanos, atravesó el estrecho de Gilbraltar y se
spoderó casi totalmente de la península española.
(Llegaron a conquistar algunas regiones de Francia).
Hacia el año 750, el centro del mundo
musulmán se desplazó de Damasco a Bagdad, a orillas del
río Tigris. En esta capital el comercio árabe
recibió un gran impulso: los barcos árabes llegaban hasta
Corea y China. El dirigente único, espiritual y político,
de todos los mahometanos era el Califa de Bagdad, sucesor del profeta
Mahoma. El imperio estaba formado por numerosas ciudades, que se
convirtieron en centros administrativos, culturales y religiosos. En
ninguna ciudad faltaba la mezquita, en la cual se oraba y se meditaba.
Entre las grandes ciudades españolas que construyeron o
reconstruyeron los moros están Córdoba y Almería.
En aquellas ciudades islámicas se encontraban
personas muy diversas, que habían viajado mucho y
conocían muchos aspectos de la vida de Europa, Asia y
Áfica. Fueron, por lo tanto, centro de intercambio cultural. En
Bagdad se encontraron los matemáticos, astrónomos y
médicos hindúes; los médicos persas; los
filósofos, matemáticos, médicos y géografos
de Grecia. Existía una enorme inquietud científica: en
traducciones, en formar bibliotecas, en desarrollar las ciencias y la
teología...Formaron un verdadero laboratorio cultural.
La personalidad de Vinfrido (Bonifacio) fue
extraordinaria. Era un monje inglés, educado en el monasterio de
Exeter. Abandonó su país para predicar activamente el
Evangelio en Alemania. Así pues, evangelizó con gran
éxito una región alemana, y el Papa lo consagró
Obispo con la misión de organizar la Iglesia en toda Alemania.
Bonifacio se estableció en la diócesis de Maguncia. Desde
allí acudía con frecuencia al monasterio de Fulda, donde
podía llevar aquella vida pacífica que había
perdido al seguir su vocación misionera. En 754 murió,
asesinado por una banda de paganos.
San Bonifacio nació cerca del monasterio de exeter,
en el cual entró, siendo niño. Se dedicó a los
estudios y, a los 40 años, en 716, decidió vijar al
continente pra predicar la religión cristiana a los alemananes.
Cambió su nombre de Vinfrido por el de Bonifacio.
Recorrió Baviera, en el sur de Alemania. Convirtió muchas
personas al cristianismo y fundó un monasterio. Tuvo mucho
éxito y fue a informar al Papa acerca de sus actividades. El
Papa lo consagró Obispo y le dio facultades para predicar
en Alemania a los paganos y para reorganizar y reformar las igleias
existentes. Así pues, Bonifacio emprendió la
reorganización de Iglesias aisladas que habían perdido el
auténtico espíritu cristiano.
Todos aplaudían las actividades de Bonifacio cuando
predicaba a los paganos. Pero cuando comenzó a reorganizar las
Iglesis existentes, suprimiendo privilegios y costumbres, los nobles y
los Obispos protestaron y empezaron a llamarlo extranjero con
ínfulas de reformador...Bonifacio prosiguió adelante y
fundó numerosos monasterios y diócesis. Organizó
también varias asambleas para reformar las iglesias,
restablecer la disciplina entre el clero y fomentar un verdadero
espíritu cristiano entre fieles y eclesiásticos.
Bonifacio tuvo que retirarse a su diócesis de
Maguncia, y sus proyectos fueron realizados por sus discípulos.
Desde Maguncia, Bonifacio se trasladaba frecuentemente al monasterio de
Fulda, fundado por él en 744. Quería convertir a Fulda en
un gran centro de oración, de trabajo y de estudio, como los
grandes monastrios ingleses o la abadía de Montecasino. Cuando
Bonifacio, anciano ya, llegó a Utrecht (Holanda), atrajo la
atención de los fieles, pero también el odio de unos
paganos, que lo asesinaron en 753.
Los francos se habían destacado entre los pueblos
eurpeos y, con su nuevo rey, Carlomagno, se hicieron todavía
más fuertes. Cuando el rey de los longobardos amenazó al
Papa Adriano con apoderarse de Roma, éste pidió ayuda a
Carlomagno, quien derrotó a los enemigos del Papa. Entonces el
rey entró con todo su séquito en Roma, como un sencillo
peregrino. A la entrada de la ciudad lo recibió el Papa Adriano
y, juntos, fueron a orar a la tumba de San Pedro. Carlomagno
dialogó con Adriano y le prometió ciertos dominios: desde
este momento comenzaron a existir "los Estados Pontificios".
Desde hacía varios siglos, los Papas habían
gobernado ciertas tierras que pertenecían al emperador de
Constantinopla. El rey de los longobardos pretendió
adueñarse de esas tierras y de la misma Roma, con cual el Papa
quedaría convertido en súbdito suyo. Pero el Papa
necesitaba toda su libertad àra seguir ejerciendo su
misión de guía de todos los cristianos y de la Iglesia.
El Papa pidió ayuda a Carlomagno, quien derrotó
completamente a los longobardos. En el año 774 Carlomagno fue a
Roma en peregrinación. Cuando entró a la ciudad como
simple peregrino, recibió los honores reservados a los jefes
bizantinos que visitaban la ciudad. Adriano y Carlomagno oraron juntos
y se prometieron mutua fidelidad.
Carlomagno no era sólo un peregrino, sino el rey
más importante del mundo cristiano, a quien los Papas
consideraban como su defensor. Carlomagno prometió al Papa
entregarle muchas regiones de Italia, pero el rey de los francos
exageró un poco sus promesas, porque varias de esas regiones no
estaban sometidas. Finalmente lo que Adriano consiguió fueron el
ducado de Roma, el sur de Toscana, Ravena y algunas tierras de la
Italia central. Entonces comenzaremos a existir "los Estados
Pontificios": el Papa se consideró independiente del emperador
de Constantinopla y acuñó moenda con su pripia efigie.
Finalmente, muerto el Papa Adriano, su sucesor León III, en la
Navidad del año 800, coronó a Carlomagno como emperador
de los romanos y le reconoció la misma autoridad que al
emperador de Constantinopla.
Casi toda España formaba parte de un
ermitaño gobernado por los árabes. Los francos intentaron
conquistarla, pero fueron vencido por los vascos, en Roncesvalles. La
mayor parte de España se encontraba dominada por los muslmanes
(árabes), que, cruzando el estrecho de Gibraltar,
habían vencido al ejército visigodo y habían
creado un nuevo reino con su capital en Córdoba (el Califato de
Córdoba).
Una gran mayoría de la población muslmana de
España iba a estar formada por indígenas convertidos, es
decir, por habitantes que aceptaban voluntariamente la fe de Mahoma,
pues la conversión no era obligatoria, ya que los musulmanes
respetaban a los cristianos como "personas del libro" o sea personas
que practicaban una religión revelada como la suya. Por
este motivo, muchos seguían siendo cristianos, bajo la
autoridad del Arzbispo de Toledo: tenían sus sacerdotes,
oraban y vivían juntos al lado de los musulmanes. Estos
cristianos eran llamados "mozárabes".
Cuando el gobernador de Barcelona pidió ayuda a
Carlomagno para levantarse contra el Califato de Córdoba , junto
con otras provincias, Carlomagno, el hombre más fuerte e
importante del Occidente, pensó que podría conquistar
fácilmente las tierras españolas. En 778 se puso en
camino, cruzó los Pirineos y atacó Zaragoza, pero no pudo
conquistarla, por lo cual abandonó su intento. Destruyó
Pamplona y, cuando iba atravesando los Pirineos, los guerreros vascos
le cayeron encima en el paso de Roncesvalles. Ahí fueron
derrotados los francos y ahí murió Rolando ("el
Furioso"), señor de Bretaña. En esta forma, España
fue sólo un sueño en las perspectivas de conquista de los
francos.
A principios del siglo IX, en España, dominada por
los árabes, floreció una extraordinaria cultura, en la
que convivían los musulmanes, los cristianos y los
judíos. Pero en el norte de la península los reyes
cristianos soñaban con reconquistar las tierras arrebatadas por
los árabes.
El dueño de la España muslmana era el califa
de Córdoba. En aquellas tierras vivían judíos, que
se dedicaban a la agricultura, a la medicina, a los negocios, a
la administración, a la política y al estudio. Los
cristianos, muy numerosos, podían profesar libremente su fe.
Vivían como los demás, y algunos ocupaban cargos de mucha
importancia en el gobierno árabe. Estos cristianos, llamados
"mozárabes", pensaban que la convivencia con judíos y
musulmanes podía enriquecer la fe de cada uno de ellos. Sin
embargo, en algunos momentos dominaba la intolerancia, y los cristianos
eran perseguidos y privados de sus derechos. La ciudad de
Córdoba se convirtió en unos de los grandes centros de
cultura de Europa. Su mezquita era espléndida y fue el principio
de un estilo arquitectónico musulmán. Córdoba era
un gran centro de estudios teológicos, jurídicos y
científicos.
Pero en el norte de Espana, el pequeño principado
de Asturias era independiente de los árabes. Los asturianos
mantenían cordiales relaciones con los francos (franceses).
Estos, por su parte, pensaban seriamente en ayudar a los cristianos
españoles a liberarse del dominio musulman, pero estaban
demasiado ocupados con sus propios problemas. Se difundían en
España los tipos de sociedad e iglesias creados en el Occidente
por los francos y se consideraba como jefe supremo de la Iglesia al
Papa. Sin embargo, la liberación completa del dominio
musulmán tardaría muchos siglos (hasta el año de
1492, con los Reyes Católicos).
Los pueblos eslavos se convirtieron al cristianismo con la
ayuda de dos hombres que vinieron de Constantinopla: Cirilo y Metodio,
quienes inventaron un alfabeto para la lengua eslava, tradujeron la
Biblia y celebraron la liturgia en lengua eslava.
Al Oriente de Europa, extendidos por muy diversas
regiones, habitaban los pueblos eslavos. Algunos eran
súbditos del emperador de Constantinopla; otros eran
independientes. Pero todos miraban con temor las actividades de
Ludovico el Germánico, que quería convertirlos al
Cristianismo y dominarlos políticamente. Los eslavos
querían seguir siendo independientes.
En el año 862 el emperador de Constantinopla
encontró dos misioneros adecuados, los hermanos Cirilo y
Metodio. Cirilo había realizado brillantes estudios. Metodio
había sido funcionario imperial antes de ingresar a un
monasterio, del que fue nombrado abad. Los dos hermanos conocían
bien la lengua eslava. Llegaron a la región de Moravia y se
dedicaron profundamente a su misión: se preocuparon
especialmente por la educación de los jóvenes. Utilizaron
el idioma popular en ru predicación y tradujeron a la lengua
eslava el Evangelio y los textos litúrgicos. Inventaron,
además, un alfabeto, con el cual, por primera vez, se
podía escribir la lengua eslava.
Como ninguno de los dos era Obispo, no podían
ordenar nuevos sacerdotes y decidieron ir a Constantinopla. Pero
mientras esperaban en Venecia el momento de zarpar hacia
Constantinopla, fueron llamados a Roma por el Papa. Fueron recibidos
triunfalmente. Cirilo murió y Metodio fue consagrado Obispo y
regresó a la tierra de los eslavos.
Durante su estancia en Roma algunos monjes y sacerdotes se
opusieron a los métodos de Cirilo y Metodio: no aceptaban en
ninguna forma que la Misa se celebrara en una lengua que no fuera el
latín, el griego o el hebrero....Pero el Papa sí los
aprobó.
Los Obispos de Baviera (Alemania), que se sentían
con derecho exclusivo de evangelizar las tierras donde Metodio
predicaba, lo hicieron prisionero. Dos años y medio
después el Papa consiguió liberarlo, y los moravos lo
recibieron con entusiasmo. Metodio se rodeó de muchos
jóvenes discípulos, que prosiguieron su obra y llevaron
el Evangelio hasta Polonia.
La Iglesia necesita meditar y reflexionar continuamente
sobre sus verdades de fe. En este período los hombres intentaron
comprender más profundamente la presencia real de Jesús
en el pan y en el vino consagrados, cada vez que se celebraba la
Eucaristía.
Durante la segunda mitad del siglo IX los cristianos
reflexionaron sobre las verdades más importantes de la fe.
Entonces se escribieron obras originales sobre la doctrina cristiana.
Uno de los más importantes escritores fue Juan Escoto, muy
apreciado por sus conocimientos y pensamientos. Su obra principal
presenta la creación del mundo, el abandono del hombre por el
pecado y el retorno a Dios por medio de Cristo.
Uno de los puntos discutidos era la presencia de
Jesucristo en la Eucaristía. Desde los primeros tiempos, los
Cristianos celebraban la Eucaristía, convencidos de la presencia
del Cuerpo del Señor en ella. Pero, como ha sucedido con otros
temas, algunos quisieron profundiar en el misterio de la presencia real
de Jesús en el pan consagrado.
Algunos Obispos se reunieron y condenaron algunas ideas
expresadas en la discusión, o porque disminuían o porque
exageraban la presencia de Jesucristo en en pan y en el vino
consagrados. En cambio, otras ideas sobre la presencia de Jesús
en la Eucaristía se aceptaron. El sacrificio de la Cruz,
renovado en la Misa, se ha seguido estudiando a lo largo de los siglos.
Página Principal
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)