LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
1 de julio



   Las vidas de los santos están repletas con la devoción a la Preciosa Sangre. En el debido transcurso del tiempo la Iglesia dio forma y sanción a la devoción, mediante la aprobación de sociedades como los Misioneros de la Preciosa Sangre de San Gaspar del Búfalo; enriqueciendo confraternidades como la de San Nicolás in Carcere, en Roma, y la del Oratorio de Londres; atribuyendo indulgencias a oraciones y escapularios en honor de la Preciosa Sangre; y estableciendo fiestas conmemorativas de la Preciosa Sangre.

   En 1582, se concedió a la arquidiócesis de Valencia, España, el rezo de un oficio “de la Sangre de Cristo”; la diócesis de Sarzana, en la Toscana, obtuvo la misma gracia en 1747. A principios del siglo XIX, se concedió a la congregación de San Gaspar el privilegio de celebrar la fiesta de la Preciosa Sangre.

   En 1822, san Gaspar del Búfalo, fundador de la Congregación de la Preciosísima Sangre, presentó una instancia ante la Santa Sede para obtener el «Nihil obstat» para la celebración de la festividad de la Preciosísima Sangre. La Sagrada Congregación de Ritos Religiosos, les concedió que se celebrase el primer Domingo de julio, pero solamente en el interior de la Congregación de San Gaspar.

   Cuando Pío IX fue exiliado a Gaeta (1849) tenía como su compañero el santo Don Giovanni Merlini, tercer superior general de los Padres de la Preciosísima Sangre. Al llegar a Gaeta, Merlini le sugirió a Su Santidad que hiciera un voto de que si el volvía a obtener la posesión de los dominios papales, extendería la fiesta de la Preciosa Sangre a toda la Iglesia.

   El Papa consideró el asunto, pero pocos días después envió a su prelado doméstico José Stella a Merlini con el mensaje: “El Papa no considera oportuno obligarse por un voto, sino que Su Santidad se complace en extender la fiesta inmediatamente a toda la cristiandad”. Esto fue el 30 de junio 1849, día en que los franceses conquistaron a Roma y los republicanos capitularon.

   El 30 de junio había sido un sábado antes del primer domingo de julio, por lo cual el Papa decretó (10 de agosto de 1849) que en adelante cada primer domingo de julio debe estar dedicado a la Preciosísima Sangre.

   Pío XI la elevó al al rango de doble de la clase en 1934, en recuerdo del XIX centenario de la de la muerte del Salvador. En el año 1960 dispuso Juan XXIII introducir en las letanías de la Bendición eucarística la alabanza: «Bendita sea su Preciosísima Sangre».

Pablo VI unió esta fiesta a la del Corpus Christi, creando un descontento entre los devotos e Institutos religiosos dedicado a la Sangre de Cristo. El Santo Padre reunió en una audiencia a los devotos y religiosos, para explicarles el significado de esta unión de las dos fiestas, y además especificó que con ello no tenía la intención de minusvalorar la devoción a la Sangre de Cristo, por ello concedió el derecho de celebrarla el 1 de julio con liturgia de Solemnidad.

   En algunos lugares y Calendarios, la fiesta de la Preciosísima Sangre de Cristo se celebra el 1 de Julio, pues: en ella se recuerdan los títulos del Redentor, afirma el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.

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(Parroquia San Martín de Porres)