LA PRÁCTICA HOMOSEXUAL NO CONSTITUYE UN DERECHO



   Ante el reclamo de ciertos "derechos" por parte de algunos grupos homosexuales militantes, ofrecemos esta reflexión.

Primer punto: Jesús murió por todos y nos ordena a amar a todos sin excepción. Las personas con inclinaciones homosexuales, como todas las personas, merecen ser amadas. Es lamentable que los homosexuales sean víctimas de burlas, desprecio y hasta de ataques violentos.  

Segundo punto:  Toda persona tiene derechos.  Las personas con tendencias homosexuales tienen los mismos derechos humanos que deben ser protegidos por la ley y respetados.

Tercer punto: Cuando se habla de derechos, hay que distinguir entre " persona" y "comportamiento".    Los derechos comunes pertenecen a todo ciudadano en virtud de ser persona, PERO estos derechos no constituyen licencia para un comportamiento (sexual o de otro tipo) contrario a la moral.  

   TODOS los ciudadanos tienen justamente los mismos derechos comunes. La ley debe proteger a TODOS. Nadie, sin embargo, puede crearse sus propios derechos contrarios a la moral, sobre todo cuando esta afecta el orden de la familia y la sociedad.

   Es falso el argumento según el cual la legalización de las uniones homosexuales sería necesaria para evitar que los convivientes, por el simple hecho de su convivencia homosexual, pierdan el efectivo reconocimiento de los derechos comunes que tienen en cuanto personas y ciudadanos. En realidad, como todos los ciudadanos, también ellos, gracias a su autonomía privada, pueden siempre recurrir al derecho común para obtener la tutela de situaciones jurídicas de interés recíproco. Por el contrario, constituye una grave injusticia sacrificar el bien común y el derecho de la familia con el fin de obtener bienes que pueden y deben ser garantizados por vías que no dañen a la generalidad del cuerpo social. -uniones homosexuales

   Nos opondríamos a toda ley que viole los derechos comunes de cualquier persona, sea quien sea. Pero reconocemos el deber del estado de establecer leyes que protejan la moral pública. Toda persona, sea cual fuese su inclinación sexual, debe respetar esas leyes. Nadie puede abrogarse derechos inexistentes.

"Un desorden moral jamás debe ser considerado como un derecho civil" -Juan Pablo II.

   La moral no depende de la ley civil sino de la ley natural.  La Corte Suprema de Estados Unidos, en su  decisión Bowers v. Hardwick, afirmó que, desde el punto de vista constitucional, "no existe un derecho fundamental a la sodomía homosexual".  Mas tarde la Corte Suprema cambió adaptándose a la corriente de los tiempos. Pero la verdad y la moral no cambian con la corte. Si una ley permite lo que es inmoral entonces esa ley es inmoral y no debe acatarse.

   Sobre la libertad: Es cierto que las personas y grupos tienen libertades pero estas no se pueden separar de la responsabilidad y respeto por el bien común. No se debe utilizar la libertad para justificar comportamientos públicos gravemente inmorales. Nadie tiene libertad, por ejemplo, para andar desnudo por la calle o para tirar basura en la vía. Desde pequeños aprendemos que la libertad no es licencia para hacer lo que nos da la gana. La libertad debe fundamentarse en valores morales constituyentes de la ley natural para la protección de todos especialmente de los niños y las familias.   

   Cuando una sociedad pierde sus valores morales básicos cae en el error de creer que todo es admisible y pronto se deteriora. La misma libertad se convierte en la primera víctima. Se vive entonces a merced de los mas fuertes.     

   Los militantes homosexuales buscan legalizar un comportamiento público inmoral a quien no tienen derecho. Ya hemos visto, por ejemplo, como, alegando que el sistema actual les "discrimina", han querido forzar a los Boy Scouts a tener líderes homosexuales para los niños. Igualmente quieren forzar una redefinición de la familia para incluir matrimonios homosexuales.
 
Página Principal
(Parroquia San Martín de Porres)