BEATO LANDOLFO DE
VAREGLATE
7 de junio
1134 d.C.
Nació en Veraglate, que la tradición milanesa identifica
con Vergiate, barrio del norte de Milán, y la tradición
de Asti con Variglié, localidad cercana a Asti. Estudió
en el monasterio de San Pietro in Ciel d'Oro (Pavía) sin llegar
a ser monje. Ordenado presbítero, fue elegido
canónigo de la catedral milanesa, y en el 1098, preboste de San
Nazario, ambos cargos eran de gran responsabilidad. En 1100
partió con el arzobispo Anselmo IV, a la cabeza de un
ejército milanés para la cruzada, después de la
derrota y la retirada a Constantinopla, Anselmo, en el 1101
murió por las heridas recibidas en la batalla. En el 1103
llegó a Roma para referirle al papa los resultados de aquella
infeliz expedición. No es improbable suponer que quisiera
informarse, antes de regresar a Milán, de la situación
creada en la diócesis tras la muerte de Anselmo, en el 1102,
sucedió al arzobispo, el vicario Grossolano, que detentaba el
obispado de Savona (1098), pero había sido propuesto para el
puesto, Landolfo, pero no había llegado a cuajar porque
Grossolano lo había impedido. Landolfo deseaba conocer con
precisión hasta que límite tenía razón el
sacerdote milanés Liprando, que había contestado el
nombramiento de Grossolano, sosteniendo su tesis con la prueba del
fuego que había tenido lugar en 1103.
Regresó a Milán y en vista de la imposibilidad de llevar
la paz en los ánimos, después de atender a los legados
pontificios prometidos por Pascual II, Landolfo consiguió llevar
el asunto al I sínodo romano que en el 1105
confirmó a Grossolano en la sede de Milán.
En el mismo año, Landolfo, que en Roma había sido
imparcial con respecto a Grossolano, fue elegido obispo de Asti,
asumiendo también el gobierno civil de la ciudad como feudatario
del Imperio, posición muy delicada en una época en que
los concejos, revindicaban mayor autonomía de la autoridad
imperial. En 1112 se opuso al nombramiento de Jordán como nuevo
arzobispo de Milán, en sustitución de Grossolano, que dos
años antes se había marchado a Palestina; en 1116, un
sínodo romano confirmó a Jordán como arzobispo, y
Landolfo vio la oportunidad de una política religiosa más
dúctil que aquella rigorista de Grossolano. Quizás por el
mismo motivo Jordán consagró obispo, con el consejo de
Landolfo, a Villano, para que sustituyera en Brescia al obispo Armano.
Como obispo de Asti, Landolfo trabajó para sanar las costumbres
de la ciudad que se habían corrompido durante la epidemia de
peste. En las sucesivas disputas con el concejo, no sólo
defendió los derechos de su Iglesia, si no también tuvo
la satisfacción de ver compensados por las notables donaciones
que recibió y los pocos daños que la Iglesia
sufrió. En la política económica, tuvo presente
las directrices impartidas por Calixto II, en el concilio del 1123,
según las cuales el obispo, eje y elemento unificador de la
iglesia a él confiada, debía ser el administrador de los
bienes eclesiásticos. Ante el Imperio mantuvo libertad de
juicio, especialmente en el campo religioso, así en el 1118,
fiel a la Iglesia de Roma, no quiso reconocer al antipapa Burdino,
nombrado por el emperador Enrique V, esto le atrajo las iras del
emperador, que asedió Asti en aquel año. En 1130 se opuso
a Anselmo V della Pusterla, metropolitano de Milán que, a causa
del cisma papal, se había postulado por Anacleto II, mientras
Landolfo apoyó a Inocencio II, que después fue reconocido
como legítimo papa; esta libertad de proceder le costó el
asedio de la ciudad por parte de Anselmo.
Su muerte acaeció entre 1132, cuando celebró la Pascua en
Asti junto con Inocencio II, y el 1134, año en el que en un acto
de donación, apareció el nuevo obispo Otón. Su
cuerpo se conserva en la capilla de Santa Inés en la catedral de
Asti.