EL PADRE LAMY Y EL ARCÁNGEL SAN GABRIEL



   Al místico padre Lamy, Dios le había dado la gracia de ver a su ángel custodio y, como un protector especial, al arcángel san Gabriel. El 18 de mayo de 1912 estaba haciendo limpieza en la iglesia, cuando se le presenta san Gabriel y le dice: Atento, vas a rezar delante de la Virgen María. Y se le aparece María rodeada por unos sesenta ángeles por lo menos.
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   Nos dice: el 15 de marzo de 1918 observé que las baldosas de la iglesia estaban muy sucias y quise limpiarlas, pero oí hablar al santo arcángel Gabriel y a mi ángel, que decían: “Es inútil”. A veces, cuando quieren decirme algo, hablan entre ellos y me dejan entender lo que dicen. Pocas horas después, vino la explosión en la capilla. Ese día, por inspiración de los ángeles, no me había detenido a rezar como lo hacía normalmente… En la atmósfera se habían expandido gases tóxicos que empeoró mi ojo derecho. Pero en medio de la desgracia, ocurrió un milagro eucarístico admirable. El copón con las hostias quedó sobre el corporal fuera del sagrario, en el aire, sobre el corporal que también estaba en el aire. El canónigo de Rochetaillade (arcipreste de Saint-Denis), después de haber constatado el milagro, llevó el copón al sagrario mayor. Yo vi el corporal con el copón en el aire.

   Mi ángel custodio tiene cabeza redonda y es bellísimo, con cabellos negros y ondulados. El arcángel Gabriel tiene los cabellos cortos y ondulados. Gabriel tiene la cabeza más grande que los otros ángeles. Es por eso que yo reconozco a un ángel de categoría superior… Durante la guerra, visitaba a los heridos en la estación y veía al santo arcángel y a mi ángel que los bendecían.

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(Parroquia San Martín de Porres)