Nació
en Sangerhausen, Turingia, en el seno de una noble familia de Turingia.
Contrajo matrimonio con un joven noble, con el que tuvo varios hijos y
fue muy feliz. Su marido murió durante una cruzada o una
peregrinación en Palestina; después de solucionar el
futuro de sus hijos, se retiró a Kulmsee (Prusia), abrazando la
pobreza y dedicándose a la piedad y a las buenas obras,
además quiso apoyar los esfuerzos evangelizadores que en aquel
momento se realizaban. Se dedicó con especial interés a
curar a los leprosos, actividad en la que alcanzó altas cotas de
heroismo.
La
misión de Jutta en Prusia Oriental, que desde hacía poco
era feudo de la Orden Teutónica, tiene un particular
interés histórico-cultural; aquí se
sacrificó en la soledad y en la oración por la
población desde recien convertida, confortando y asistiendo a
los neófitos, curando las enfermedades más repugnantes.
La presencia en Prusia de nuestra beata, originaria de Turingia, es
interesante para los estudiosos por la relación entre los dos
Estados en la época. Parece que murió en Kulmsee
(Prusia). Tiene culto popular, porque no ha sido nunca formalmente
canonizada. Patrona de Prusia.