BEATO JUAN DE SANTA
MARTA
1618 d.C.
16 de agosto
Natural de
Prades (Tarragona). Formó parte de la Schola Cantorum de la
catedral de Zamora. Luego ingresó en la Orden Franciscana. Fue
ordenado sacerdote franciscano en el 1606. Partió para Filipinas
con Fray Sebastián de San José y otros 30 misioneros
Franciscanos, muchos de los cuales darían luego la vida por
Cristo. De las Filipinas pasó al Japón, donde
abrió una escuela de música. En el Japón
ejerció durante 10 años un intenso apostolado,
evangelizando varias provincias. Fue puesto a la cabeza de la
misión de Fuscimi, en donde se mostró un auténtico
apóstol de Cristo, infatigable en la obra evangelizadora y
aprendió la lengua local. Su virtud le mereció la
veneración de los cristianos y de los mismos paganos.
Al tiempo de la promulgación del edicto de
persecución, en 1614, fue desterrado, pero poco después
reingresó en el Japón y disfrazado de japonés
recorrió las provincias de Arima y de Omura, donde la
persecución era más violenta. Visitaba a los cristianos
en sus casas, fortalecía a los vacilantes, reconducía a
los apóstatas a la iglesia, administraba los Sacramentos. Por la
noche se retiraba a algún monte, donde reposaba.
Fue arrestado y puesto en prisión en Meaco, donde
permaneció por tres años con indecibles
sufrimientos. Mientras era llevado al suplicio, predicó al
pueblo y cantaba “Laudate Dominum omnes gentes”. Al llegar al lugar del
martirio oró por sus perseguidores, elevó luego los ojos
al cielo y ofreció la cabeza al hacha del verdugo; tenía
40 años. Algunas partes de su cuerpo fueron recogidas por
cristianos y rodeadas de veneración, realizaron prodigios. Fue
beatificado por Pío IX el 7 de julio de 1867.