Nació en
Quelaines, en Mayenne (Francia). Siendo joven, ingresó en las
Hijas de la Caridad y fue enviada, muy joven, con la beata Francisca
Tréhet, se dedicaba a curar a los niños enfermos de
Dampierre, Francia. Entre estas tareas, acogieron y escondieron a
sacerdotes perseguidos.
Las
dos fueron
apresadas en febrero de 1794, con los cargos de rehusar obediencia a la
República, y esconder sacerdotes rehusantes. La beata
Tréhet afirmó que ella no podía negarse a atender
a ningún enfermo, pero cuando se le pidió que diera
“vivas” a la República, se negó, por lo que fue, junto
con su compañera, condenada a muerte en Erenée, en la
región de Mayenne.
Juana Véron
no fue a la cárcel en espera de la ejecución, sino que
tuvo que ser hospitalizada, porque se encontraba gravemente enferma. El
13 de marzo fue ejecutada Françoise Tréhet, y una semana
más tarde, el 20, llevada en camilla, lo fue Jeanne
Véron, de 27 años. Las dos fueron
beatificadas el 19 de junio de 1955 por SS. Pío XII, junto con
otras víctimas de la persecución en la diócesis de
Laval.