BEATO JUAN ANTONIO LOPEZ PEREZ
1936 d.C.
22 de septiembre
Recibió las aguas bautismales
tres días después de nacer en la Iglesia Parroquial de Nuestra
Señora del Carmen de su pueblo. Estudiante en Cantoria primero, ingresó
en el Seminario de san Indalecio después. El veintiocho de mayo de
1904 fue ordenado presbítero, celebrando su primera Misa el último
día de mayo en la capilla de la Sagrada Familia de Almería.
El Obispo don Santos Zárate lo destinó a la Curia, hasta que
una grave enfermedad le privó de uno de sus pulmones y regresó
a su pueblo. Allí ejerció el ministerio por más de tres
décadas como Adscrito, Coadjutor y Cura Ecónomo.
Cuando llegó la Persecución Religiosa, el presbítero
Serrano García escribió que: « El siervo de Dios se esperaba
lo que tristemente sucedió. Tres días antes de su muerte consumió
las formas consagradas, pues el Santísimo lo pasó de la iglesia
a su casa. Además un Crucifijo que le había regalado su madre,
se lo regaló a don Luis Reyes, que se iba al frente, y le dijo “Guárdalo,
no quiero que lo profanen”. Le aconsejaron que vistiera de paisano porque
la sotana era un compromiso, pero no les hizo caso. »
En el quincuagésimo quinto aniversario de su Bautismo,
el veintidós de septiembre de 1936, fue detenido e introducido en
un coche que se dirigió a Albox. Pararon en la venta del Guarducha
y fue martirizado bajo unas higueras. El presbítero Gallego Fábrega
escribió: « Uno de sus asesinos confesó que había
matado a un santo. Según él, murió de rodillas perdonando,
como Cristo a sus verdugos. »