BEATA JUANA DE TOULOUSE
31 de marzo
1286 d.C.
Nació (hermana de la beata Ana de Toulouse), en el seno de de
una noble estirpe del reino de Navarra. A principios del año
1240, los Hermanos Carmelitas de Palestina se establecieron en
Toulouse. Veinticinco años después, cuando san
Simón Stock cruzó Toulouse camino de Burdeos, se le
aproximó una mujer llamada Juana, la cual le suplicó que
la admitiera en su Orden. Por devoción a María quiso
vivir como reclusa junto al convento de las carmelitas de Toulouse,
Francia, y allí llevó una vida de gran austeridad; fue
afiliada como Terciaria a la Orden carmelita y por esta razón se
la considera la fundadora de la Tercera Orden carmelitana.
Gastó su tiempo
y su patrimonio en la educación de las jóvenes
candidatas a la Orden carmelita. Diariamente frecuentaba la iglesia de
los padres y combinaba la penitencia con el amor, privándose
casi de las cosas necesarias de la vida para ayudar a los pobres y
enfermos. Solía llevar consigo una imagen del Redentor
crucificado, que ella estudiaba como si hubiese sido un libro.
Se piensa que eran reclusas carmelitas y que murieron a finales del
siglo XIV. La Beata Juana fue sepultada en la iglesia de los carmelitas
de Toulouse y a su tumba acudían en gran número todos
aquellos que buscaban su intercesión. Juana ha tenido culto en
la Orden del Carmen y fue beatificada por León XIII el 29 de
enero de 1895.