BEATO JOSÉ
PUIGDESSENS PUJOL
1936 d.C.
17 de agosto
Nació el 14 de
enero de 1875 en Vich (Barcelona)
Profesó el 20 de agosto de 1893
Sacerdote el 29 de septiembre de 1901
Fusilado el 17 de agosto de 1936 en Vich (Barcelona)
El P. Puigdessens nació en Vich el 14 de enero de 1875 y fue
bautizado a los dos días de nacer en la S. I. Catedral de la
ciudad. El 8 de marzo de 1877 fue confirmado por el Exc.mo Pedro
Nolasco Colomer, Obispo de Vich.
Sus padres fueron D. Jaime Puigdessens y Dª. Dolores Pujol, que lo
educaron según los principios cristianos.
En 1886 comenzó a estudiar los rudimentos de latín y
castellano en el seminario conciliar de Vich. Ahí hizo estudios
hasta el verano de 1889, cuando decidió entrar en la
Congregación de los Misioneros después de haber obtenido
el 9 de septiembre de ese mismo año el consentimiento de su
madre, pues para esa fecha ya había fallecido su padre.
El ingreso en la Congregación fue en el postulantado de
Barbastro, donde continuó el estudio de las Humanidades con el
segundo de latín.
El noviciado lo hizo en Cervera bajo la dirección del P. Antonio
Sánchez del Val, al final del cual emitió la
profesión el día 20 de agosto de 1893. Los estudios de
filosofía los hizo en el mismo colegio cervariense. Durante el
tercer curso, noviembre de 1895, recibió la primera tonsura de
manos del Administrador apostólico de Solsona, D. Ramón
Riu y Cabanas.
En el verano de 1896 pasó a Santo Domingo de la Calzada
para cursar la teología dogmática y la teología
moral con notable aprovechamiento. En septiembre de 1896 recibió
las órdenes menores. En 1900 no le aprobaron la primera
petición del Subdiaconado por «extremadamente aficionado a
libros de ciencias secundarias, de sociedad, de todo lo moderno en fin.
Esto mismo hace que no sea muy piadoso y de que trate con este y con
aquel». El Subdiaconado lo recibió el 13 de enero de
1901 en Santo Domingo, el Diaconado el 1 de septiembre del mismo
año en Miranda de Ebro y en Santo Domingo el Presbiterado el
día 29 de septiembre también de ese año de manos
del Exc.mo José María García Escudero, Obispo de
Osma.
Profesor de teología y escritor
Su vocación era la investigación y escribir, para lo cual
tenía dotes intelectuales fuera de lo común, pero
lamentaba la carencia de libros y revistas.
En junio de 1902 fue destinado a Cervera como profesor de
Metafísica. En 1906 pasó a Lérida donde se
dedicó al ministerio apostólico. En 1907 fue a Madrid
para trabajar como redactor en las revistas Ilustración del
clero e Iris de paz. Dos años y medio después fue
trasladado a Aranda de Duero y en 1910 fue a Alagón, donde
siguió con sus estudios sobre Balmes, y al año siguiente
a Vich, y en 1912 a Roma con la finalidad de recoger datos, materiales,
para escribir sobre el P. Fundador. Encontró las limitaciones
impuestas al archivo vaticano. Aprovechó el tiempo para asistir
a clases para doctorarse en filosofía y recoger materiales
útiles para la revista Ilustración del clero.
Quedó deslumbrado por la riqueza de sus bibliotecas y
demás centros de estudios y arte por las inmensas posibilidades
que ofrecían a los estudiantes y estudiosos.
En septiembre de 1913 fue destinado a la casa de Tarragona. Aquí
fue nombrado profesor de teología y patrología en
la Pontificia Universidad, donde enseñó hasta 1931, y
pronto vió la escasez de medios de trabajo con que contaba.
¡No tenía biblioteca! Su cabeza era una verdadera
biblioteca y enseñaba la teología y la filosofía
con competencia insuperable.
En 1915 Eugenio D’Ors propuso al P. Puigdessens tener una
cátedra de filosofía en el Institut d’Estudis Catalans,
para lo cual debería residir en Barcelona, y también le
ofreció la codirección del diccionario filosófico
en catalán.
Le encargaron escribir un libro sobre Psicología y
Psicología Experimental. Para tal fin quería ir a
Lovaina, en cuya universidad funcionaba un buen laboratorio. Pronto fue
a dicha universidad para asistir a las clases de psicología
experimental y, de paso, a algunas de filosofía y
teología. Realizó ese viaje en 1920. Allí
descubrió la independencia y libertad de método y
programa de los profesores. En este ambiente de estudio, aunque el
clima no le agradaba, mejoró su salud. Luego se desplazó
a Bonn, que tenía facultad de Teología Católica.
Aquí encontró muchas más facilidades para aprender
Psicología por la disponibilidad de los profesores y la
abundancia de medios. Volvió a España en noviembre de ese
año 1920. Él se encontraba rejuvenecido de 10
años[1], pero otros se mostraron algo desilusionados[2]. Al
tiempo continuó con su trabajo sobre la figura del P. Claret,
hasta ver publicado su libro El espíritu del V. P. Claret.
En 1931 fue trasladado a Solsona en calidad de profesor de
Psicología experimental y Prefecto de estudios.
En marzo de 1934 fue a Roma para recoger materiales, o sea seguir con
sus investigaciones, que le hacían falta para publicar algunos
artículos. El verano lo pasó entre Albano y Frascati y a
finales de agosto volvió para España.
Su salud siempre fue regular, pero con los años se fue
debilitando, de manera que se encontraba «con un pie en tierra y
con el otro en el aire», como le gustaba escribir al P. Arcadio
Larraona. En consideración de esta situación y de su
compromiso de escribir un libro sobre el valor de la santidad,
después de finalizar el curso de 1935 fue destinado a Vich,
donde tenía más medios de estudio y quizá alguna
alma caritativa que le transcribiera a máquina sus manuscritos.
Cualidades y virtudes
En el postulantado era un poco descuidado y también según
los informes del P. Prefecto era demasiado estudioso.
Al final de la filosofía se informa de que tiene genio fuerte y
es testarudo, y en el de teología se dice que tiene talento,
memoria y aplicación sobresalientes.
Era iun buen religioso. En 1920 confiesa que le interesa mucho aprender
«pero me interesa mucho más ser buen religioso»[3].
Espíritu habitualmente deprimido y enfermizo.
Tenía un gran amor a la Congregación y siempre que pudo
manifestó a los Superiores sus proyectos para mejorar el plan de
estudios de los centros internos teniendo en cuenta las orientaciones
científicas que había experimentado en Lovaina, Alemania
y Roma.
Martirio
El día 20 de julio de 1936 por la tarde, junto con el P.
Aramendía, se refugió en la casa de su hermana Ramona,
domiciliada en la calle de San Antonio en la ciudad de Vich. Al
día siguiente volvió a la comunidad para celebrar Misa.
Pocas horas más tarde llegó la dispersión
definitiva de la comunidad y volvió a la casa de su hermana con
el P. Aramendía. Al atardecer de ese día 21 les
llegó la noticia de que el convento estaba ardiendo. El P.
Puigdessens, que había retirado a tiempo algunos escritos,
manifestó el deseo de ir a buscar los demás dejados en su
celda. Fueron al convento con todos los riesgos que se imaginan los PP.
Aramendía y Puigdessens, acompañados por el cuñado
de este, pero el humo y el fuego les impidieron culminar su
propósito.
Desde el día siguiente mostró su contrariedad por no
poder celebrar Misa ni rezar el Oficio divino. Ramona procuró un
Breviario y obtuvo del capellán de la vecina iglesia de la
Misericordia facilidades para celebrar. Celebró Misa el
día de Santiago habiendo tomado todas las precauciones posibles,
pero como era conocido le delataron algunos vecinos. Mientras
dormía la siesta, se presentaron en casa una docena de
milicianos armados preguntando por el P. Puigdessens. Después de
hacer indagaciones y de un registro de dos horas le recomendaron que
pensara en cambiar de vida, que se había terminado eso de
engañar a la gente con misas y sermones. Pero sobre todo que no
intentara cambiar de domicilio sin avisar previamente al
Comité. Así se pudieron convencer de que estaban
bajo el control de los revolucionarios.
El P. Puigdessens, enterado de que su antiguo discípulo Ventura
Gassol, consejero de cultura de la Generalidad, hacía gestiones
ante el comité de Vich para salvarle la vida, recobró la
esperanza y le escribió una carta para agradecerle su
interés y exponerle su situación, al tiempo que le
pedía una colocación para hacer frente a la vida una vez
que estuviera en libertad.
Pasaban los días y la respuesta de Ventura Gassol no llegaba y
del comité tampoco recibía orientación alguna. La
incertidumbre de esta espera la colmaba a base de rezos.
El 17 de agosto, de madrugada, hubo una visita de las patrullas.
El motivo, o pretexto, era buscar una maleta que habían visto
pasar a la casa vecina. La maleta apareció y la patrulla
continuó con un registro feroz que acabó con la
detención de los Padres. Entonces Ramona se abrazó a su
hermano para retenerlo junto a sí y no lo quería dejar
marchar, resultando inútiles las amenazas de los rojos. El P.
Puigdessens logró desasirse y le dijo: Déjame que tengo
que ir.
Salió de casa entre fusiles y a pie le llevaron a la casa de la
Ciudad, esto es el ayuntamiento, entonces centro del comité
revolucionario ya que el auto lo llenaron los rojos con la
máquina de escribir y las maletas que contenían los
escritos y otros objetos botín del registro según
costumbre. Hacia las 3,45 de esa noche y a un kilómetro y medio
en la carretera de Manlleu, frente a la casa llamada Manofre, lo
fusilaron junto el P. Aramendía. Fue enterrado en el cementerio
de Vich.