BEATO JOSÉ
MARÍA CÁNOVAS MARTÍNEZ
18 de noviembre
1936 d.C.
José
María Cánovas Martínez nació en Totana
(Murcia) en 1936. Sus padres eran panaderos. El joven José
María, alentado por los frailes del Convento de los Padres
Capuchinos, pasó posteriormente a la Escuela Apostólica
que los religiosos tenían en Orito (Alicante). Tras esa etapa
vuelve a Totana y en 1909 ingresó en el seminario diocesano de
San Fulgencio, en donde su fe y compromiso con el Evangelio y con la
Iglesia van tomando consistencia.
Fue ordenado sacerdote
en 1921. Ese mismo año fue nombrado coadjutor de la parroquia de
Santiago de Lorca. Allí “se entregó con ardor al
ejercicio del Sagrado Ministerio para la administración de
Sacramentos y santificación de las almas, distinguiéndose
sobre todo por su celo en llevar almas a la consagración
completa a Dios en la vida religiosa”.
En 1935 se hizo cargo
de la parroquia de Santiago de Lorca. Ejerció su ministerio
sacerdotal en dicha parroquia hasta que fue encarcelado en agosto de
1936. Al estallar la Guerra Civil, algunos amigos le habían
aconsejado que abandonara la parroquia, pero él siempre
respondía: “-¡Cómo me voy y dejo la parroquia!”,
pues había hecho suyo uno de los puntos de su oración
diaria: “¡Ojalá pudiera salvar a todos los hombres,
muriendo por cada uno de ellos!”.
Los presagios se hicieron realidad al ser encarcelado el 3 de agosto de
1936. Don José María fue juzgado junto con otros
sacerdotes y declarados inocentes. A pesar de ello continuaron en la
cárcel viendo morir a otros hermanos en el sagrado ministerio,
sintiendo que el odio se cebaba por su compromiso evangélico.
Viviendo unidos en la intensidad de la oración, le pedían
a Dios que les infundiera la fortaleza necesaria para llevar
con espíritu cristiano el dolor por el que estaban pasando.
Murió mártir junto a cinco hermanos de La Salle.