BEATO JOSÉ
GUERRA ANDRÉS
28 de noviembre
1936 d.C.
Nació en León. Desde muy joven se entusiasmó con
la vocación misionera y en 1926 ingresó en el seminario
menor de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en Urnieta
(Guipúzcoa). Allí cursó los estudios secundarios
que le prepararon intelectual y espiritualmente para ingresar en el
noviciado en Las Arenas (Vizcaya) en 1931 e hizo sus primeros votos en
1932.
Quienes le conocieron
dicen de él que “era un joven pacífico, de trato
agradable, enfrascado en su gran afición que era la pintura y
que se le daba de maravilla. Con ella prestó buenos servicios.
Efectivamente, cada vez que se necesitaba un cartel o un paisaje para
decorar un escenario, allí esta Guerra con su pinceles”.
Incorporado en la
comunidad del Escolasticado de Pozuelo, inicia sus estudios
eclesiásticos. Cuando ya había terminado el segundo
año de teología y tenía ante la vista la
oblación perpetua, el 22 de julio de 1936, fue detenido con toda
la comunidad religiosa y hecho prisionero en el mismo convento. Llevado
a la Dirección General de Seguridad el 24 de julio, recupera la
libertad que le permite refugiarse con otros Oblatos por diversas
casas. El 15 de octubre fue detenido nuevamente con los demás
Oblatos y encarcelado.
“Sobre la vida que
llevaban en la cárcel, dice un testigo, quiero señalar
dos aspectos. Uno fue la dedicación que tuvieron los religiosos
hacia los demás prisioneros, en cuestión de
enseñanza y caridad, dentro de sus posibilidades. Intentaban
vivir una vida de piedad, rezando el Rosario.
“El segundo aspecto
era el trato que recibían por parte de los carceleros. Fue muy
duro, intentando separar a los más jóvenes, buscando que
blasfemasen y que apostataran de la fe, comentando entre los milicianos
que si no podían con los más jóvenes, con los
mayores sería imposible. ‘Éstos no tienen remedio’
decían los milicianos. Llegaban inclusive al maltrato
físico dándoles culatazos en los pies, siendo ésta
una de las torturas más frecuente”. (...) “Las condiciones
físicas eran muy duras porque no les daban de comer con
regularidad y además la comida era mala. Apelotonamiento en las
celdas, pasando frío... En la cárcel de San Antón
el hacinamiento era tal que algunas noches tenían que dormir de
pie”. El
28 de noviembre José Guerra fue sacado de la cárcel con
doce de sus hermanos e inmolado en Paracuellos del Jarama.