BEATO JOSÉ GARCÍA PÉREZ
28 de noviembre
1936 d.C.
Teis, donde nació José
García Pérez en 1915 era un barrio de Vigo, lugar denominado
San Juan del Monte en el extrarradio de la ciudad, habitado por familias
sencillas, algunas muy necesitadas. La suya era una de ellas, casi un niño
tuvo que empezar a trabajar de albañil por haber muerto su padre.
Tenía 14 años cuando se hicieron unas obras importantes en
el colegio asilo del Niño Jesús de Praga de Vigo y entró
en relación con las Hijas de la Caridad. Con ocasión de un
pequeño incidente las Hermanas descubrieron su madurez y la nobleza
de su alma, así como el hambre que pasaba en plena adolescencia. A
partir de ese momento se quedó a comer con los niños y el asilo
fue para Pepiño, como cariñosamente lo llamaban, su segunda
casa. Sin dejar de trabajar para llevar el jornal a su madre, una Hermana
que se expresaba bien en gallego se ocupó de su instrucción
con gran aprovechamiento. La superiora, admirada por la alegría con
que vivía su fe y el celo que tenía para enseñar a los
muchachos de su barrio lo que él había aprendido en el colegio,
dijo a la comunidad: “Parece que Dios guarda a este chico para una cosa grande”.
Tendría unos 17 años cuando pasó por el colegio un Padre
Paúl, Pepiño habló con este Padre y decidió ingresar
en el colegio apostólico de Villafranca del Bierzo (León).
De allí pasó al noviciado de Hortaleza. Lo mataron a los 21
años siendo todavía novicio.
MARTIRIO: En febrero de 1936 el noviciado de la Congregación
pasó al colegio de Tardajos, en Burgos, por seguridad, pero quedaron
algunos en Hortaleza, entre ellos el H. José García Pérez
y el subdirector P. Eleuterio Castillo. En la biografía de este padre
y en la de los HH. Gelabert y Armendáriz se narran los detalles de
la persecución que sufrió toda la comunidad de Hortaleza desde
la expulsión de su casa el 21 de julio. Uno de los 13 religiosos era
el H. José García Pérez, pasó por el Comité
de Hortaleza, los calabozos de la DGS, la cárcel Modelo y a partir
del 16 o 17 de noviembre la de San Antón.
Era un joven de 21 años, corpulento, trabajador, valiente,
de alma sencilla y firme en su fe. En la cárcel se dedicó a
lavar la ropa de los mayores. Solo pudo despedirse del H. Manuel Pato Romero.
Lo fusilaron en Paracuellos en la célebre saca del día 28 de
noviembre de 1936. Su cuerpo reposa junto a 15 Hospitalarios de Ciempozuelos,
13 Oblatos de María Inmaculada, 12 Agustinos, 3 Salesianos, 2 Dominicos
y un Carmelita que ya han sido beatificados.