SAN JOSÉ GABRIEL DEL
ROSARIO BROCHERO
26 de enero
1914 d.C.
Nació
cerca de Santa Rosa del Río Primero, en Córdoba, Argentina.
Entró al Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de
Loreto”, el 5 de marzo de 1856, cuando tenía 16 años. Es ordenado
presbítero el 4 de noviembre de 1866. Primero desempeñó
su ministerio sacerdotal en la catedral de Córdoba y fue prefecto
de estudios del colegio seminario Nuestra Señora de Loreto. Siendo
prefecto de estudios, obtuvo el título de maestro en filosofía
por la Universidad de Córdoba, el 12 de noviembre de 1869.
Ya en 1867, Brochero se destacó
heroicamente en la atención de los enfermos y los moribundos de la
epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba.
El 18 de noviembre
de 1869, fue designado cura del curato de San Alberto, actualmente conocido
como el valle de Traslasierra, de tamaño inmenso: 4 336 kilómetros
cuadrados de valles y serranías, entonces indómitas y casi
desiertas, infestadas de salteadores y prófugos de la justicia. Sus
poco más de 10 000 habitantes vivían dispersos, con un
grado de indigencia material lamentable, sin caminos y sin escuelas, incomunicados
por las Sierras Grandes de más de 2 000 metros de altura.
El 24 de diciembre de 1869
partió de la ciudad de Córdoba para hacerse cargo del curato
que insumiría prácticamente el resto de su vida. Brochero llegó
a San Pedro, la cabecera departamental, luego de tres días de viaje
en mula a través las sierras. Transcurrido un tiempo y por voluntad
propia, se instaló definitivamente en la localidad de Villa del Tránsito.
Sin más recursos
que los obtenidos por el propio esfuerzo, el cura Brochero, con sus feligreses
construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias,
fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos.
Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas
de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario
que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto
para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran, “abandonados
de todos pero no por Dios”, como solía repetir. Entre otras obras
logró, con la construcción de un acueducto, la llegada del
agua al pueblo desde el río Panaholma. Fomentó el comercio
y la industria local y veló por que mejorar las condiciones de los
trabajadores. En 1875, con la ayuda de sus feligreses, comenzó la
construcción de la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito
(hoy Cura Brochero).
“Austero, duro y sufrido,
ahí andaba Brochero, con la mula malacara los primeros años
y con un caballo también malacara después. Imparable. Como cuando
se tiró con la mula al río desbocadamente crecido para ir a
auxiliar espiritualmente a un moribundo. O como esa otra vez en que estaba
muy llagado en las nalgas y ante un pedido parecido se hizo atar al recado
«para no aflojar» y poder llegar. O como la vez que salió
a buscar al bandido «Gaucho Seco» y se lo trajo con otros forajidos
a la Casa de Ejercicios, de donde salieron como mansos corderos. Lo mismo
intentó hacer con el temible Santos Guayama, que asolaba el valle,
quien al conocerlo en el monte le prometió ir con trescientos hombres.
Pero no pudo ser, porque antes Guayama fue capturado y fusilado. Esa fue una
de sus dos grandes frustraciones. La otra fue no conseguir que a la zona se
llevara el ferrocarril, por el que bregó toda su vida”. (Testimonio
de Roque Sanguinetti).
En 1908 fue nombrado canónigo
de la catedral de Córdoba, pero pronto regresó a su parroquia
comentando que “este apero no es para mi lomo, ni la mula para este corral”.
Pero entonces había ya enfermado de lepra, que había contraído
tomando mate con dos leprosos de la región. La enfermedad le sirvió
para aislarse de la sociedad y constituyó la purificación final
de su corazón, tan dado al prójimo. Debido a su enfermedad, renunció
al Curato, viviendo unos años con sus hermanas en su pueblo natal.
Pero respondiendo a la solicitud de sus antiguos feligreses, regresó
a su casa de Villa del Transito, muriendo leproso y ciego. Fiel a su lenguaje
popular, sus últimas palabras fueron: “Ahora tengo ya los aparejos
listos pa'l viaje”. Fue beatificado el 14 de septiembre de 2013 en el
mismo pueblo de su apostolado por el Papa Francisco.