BEATO JODÁN
FORZATÉ
7 de agosto
1248 d.C.
Nació en Padua en el seno de una familia burguesa de abogados.
Ingresó como benedictino en la abadía de San Benito en
Padua (parece que fundada por su familia: los
Transelgardi-Forzaté). En 1213 fue elegido prior de este
monasterio. Fue fundador de monasterios entre ellos el de San
Bernardino Novello en Padua y el de Santa Justina y convirtió el
monasterio de San Benito en el centro de una reforma espiritual y
social benedictina, donde había comunidades diferentes:
hospitales, casas parroquiales, pequeñas comunidades
eremíticas de ambos sexos. Esta reforma tuvo en 1224, la
aprobación del obispo y después del Papa como una
congregación benedictina llamada los “albe”. Inocencio III, le
ofreció en 1211 el episcopado de Ferrara, al que renunció.
Intentó pacificar, como delegado apostólico de los Papas
Inocencio III, Honorio III y Gregorio IX, las luchas entre güelfos
y gibelinos en su ciudad natal. El emperador quiso apoderarse de Padua,
y ésta acudió al abad Jordán, que dispuso la
defensa militar de la ciudad; pero Padua cayó en manos de
Ezzelino III que apresó al abad y lo encarceló en la
fortaleza de Pedemonte. Dos años después fue liberado, y
Jordán se retiró del mundo y de la política, para
vivir entregado totalmente a Dios y a sus hermanos. Murió en
Venecia en el monasterio de la Celestia, donde se había
refugiado. El Papa Clemente XIV confirmo el culto el 6 de
septiembre de 1769.