BEATO JOAQUÍN ZUBILLAGA ECHARRI
30 de noviembre
1936 d.C.
En su ingreso en la Congregación
de la Misión influyó el ejemplo de su única hermana
sor Benita, Hija de la Caridad, y la misión que los Padres Paúles
predicaron en su pueblo el año 1918. Pasó por los siguientes
destinos: Cuenca, Nueva York, Potters Bar, Londres, Pamplona y, a partir
del 21 de agosto de 1935, la casa provincial de Madrid.
Tenía 37 años cuando Dios le pidió el sacrificio
de su vida. Dos cualidades importantes acompañaron siempre al H. Zubillaga:
El amor al trabajo y la obediencia, por eso sus destinos fueron siempre en
fundaciones nuevas y con estudiantes o novicios de la Congregación
a los cuales hay que iniciar en determinadas labores manuales y dar buen
ejemplo. De las impresiones, grabadas en la memoria de estos jóvenes
destacan: su serenidad de ánimo, su piedad y el respeto a los sacerdotes,
respeto que extendía a los estudiantes que se preparaban para ser
ministros del Señor.
MARTIRIO:
Se sabe poco del H. Zubillaga en los primeros momentos de persecución.
Lo cierto es que se encontraba en la posada del Peine el 11 de septiembre
cuando el P. Elías llevó al H. Gil Belascoain, según
se dice en la relación de su martirio.
A partir de ese momento y hasta los primeros días del
mes de noviembre en que ambos fueron conducidos a la cárcel Modelo,
los dos Paúles, H. Belascoain y H. Zubillaga, permanecieron juntos
en la mencionada posada de la calle Postas. Actualmente en el mismo emplazamiento
y con el mismo nombre existe un hotel que en nada se parece a lo que fue
la popular posada del Peine en la que se refugiaron los dos mártires
por ser la más barata.
La estancia en la pensión debió ser tranquila,
hasta el punto de que podían salir a pasear a la plaza de Oriente
y allí, con disimulo, se encontraban con el H. Orcajo, hasta que sospecharon
que eran frailes y les hicieron preguntas capciosas.
El H. Zubillaga fue uno de los presos de la cárcel Modelo
que fueron conducidos a la de San Antón el 16 de noviembre de 1936
y, en una de las sacas del día 30 de noviembre de 1936, festividad
de S. Andrés apóstol y mártir, lo fusilaron en Paracuellos
de Jarama.