BEATO JACOBO WALWORTH
11 de mayo
1537 d.C.
En York, en
Inglaterra, beatos Juan Rochester y Jacobo Walworth, presbíteros
y monjes de la Cartuja de Londres, quienes, durante el reinado de
Enrique VIII, por haberse mantenido fieles a la Iglesia
católica, fueron colgados con cadenas en las almenas de la
muralla de la ciudad hasta que murieron.
Jacobo Walworth, que puede que haya sido el
“Jacobus Walwerke” que firmó el Juramento de Sucesión de
1534.Su martirio tuvo lugar con motivo de la proclamación de
Enrique VIII como cabeza de la Iglesia en su país. Estos dos
monjes, junto con los demás, accedieron a reconocer el nuevo
matrimonio del rey con Ana Bolena, y así lo firmaron el 25 de
mayo de 1534, pensando que con ello se dejaría en paz a la
comunidad. Pero no fue así. Se les pidió más
adelante que reconocieran también la soberanía espiritual
del rey sobre la Iglesia inglesa, y entonces la comunidad se
dividió. Unos aceptaron la propuesta cismática, sin
pensar que posteriormente se suprimirían las comunidades
religiosas, y otros se negaron bravamente a tal propuesta.
Martirizados ya san Juan Houghton y otros dos
priores cartujos, estos dos monjes persistieron en su negativa a jurar
la supremacía religiosa del rey y fueron enviados a la cartuja
de Hull, cuyos monjes habían aceptado el cisma. Aquí
fueron denunciados al delegado regio y llevados ante el Duque de
Norfolk. Se les juzgó y condenó por desafectos a la
cabeza de la Iglesia anglicana y por ser seguidores pertinaces del
Obispo de Roma, y fueron condenados a muerte. Como la muerte a los
rebeldes y traidores comprendía no sólo el ahorcamiento
sino la descuartización y extracción de las
entrañas, ése tendría que haber sido el
género de muerte que se les diera a estos mártires. Pero
se les hizo gracia del destripamiento, y por ello, en York, el
día 11 de mayo de 1537 fueron ahorcados con cadenas de hierro,
quedando sus cuerpos expuestos muchos días en el patíbulo
y siendo pasto de las aves de rapiña. Hasta el último
momento ambos monjes manifestaron su comunión inquebrantable con
el Papa y con la Iglesia. El Papa León XIII confirmó su
culto el 29 de diciembre de 1886.