BEATO JACOBO RETOURET
1794 d.C.
26 de agosto
Nació en Limoges (Francia), en el seno de una familia de
comerciantes. Fue un joven serio, amante de los libros y de grandes
dotes. A los 15 años ingresó en el convento carmelita de
su ciudad natal. Después de la ordenación
sacerdotal, su carácter ferviente y serio atrajo la
admiración de muchos fieles, en particular con su
predicación. Pero muy a menudo no podía atender a todos
sus menesteres, a causa de su mala salud que le atormentó toda
su vida. La Revolución francesa no le ahorró la vida.
Como la mayor parte del clero el P. Jacobo rechazó
el juramentó que sostenía una ley civil aprobada
unilateralmente, que decretaba la elección de obispos y
párrocos directamente por el pueblo y después aprobada
por el obispo o por el Papa. Además de este delito, el P. Jacobo
fue acusado de formar parte de un grupo de emigrantes políticos
que habían invadido el país contra los revolucionarios
franceses de América del Sur. Fue deportado a Rochefort y
encarcelado en una nave prisión. Mientras tanto los ingleses
bloqueaban la costa francesa e impedían la partida de las naves.
Las condiciones de los prisioneros de las naves eran inimaginables:
demasiada población, hambre, enfermedades, frío y calor,
olores insoportables, persecuciones. El P. Jacobo murió en la
isla Madame de frío, algunas millas alejada de La Rochelle, a la
edad de 48 años. Fue beatificado, junto con otros 63 sacerdotes
y religiosos mártires por la fe, el 1 de octubre de 1995 por
Juan Pablo II.