Nació
en Palermo. Sus primeros estudios los realizó con los jesuitas,
y luego ingresó en la universidad con la intención de
hacer medicina, donde se doctoró. Rápidamente se
convirtió en el «médico de los pobres», por
su generosidad y abnegación. Pero alentado por su director
espiritual, lo dejó todo y fue ordenado sacerdote, en 1860.
Desde el principio
su dedicación fue muy clara: la catequesis y los pobres. Viendo
la gran necesidad de muchas familias decidió organizar una obra
de asistencia a los más pobres que titulo “Boccone del Povero”,
y en la que colaboraron clérigos y seglares de ambos sexos, con
la finalidad básica de remediar el hambre de los pobres, bajo la
presidencia del Arzobispo de Palermo, Mons. Naselli, que bendijo la
obra y, después de la aprobación pontificia, la
instituyó canónicamente en 1868.. Socorrió a
innumerables necesitados, no titubeando en hacer de mendigo para
sostener su obra.
La continuidad de
su obra se la encomendó a tres congregaciones que fundó
sucesivamente: Las Siervas de los Pobres (1880), los Hermanos Siervos
de los Pobres (1884), y ya cercano a su muerte los Misioneros Siervos
de los Pobres (1887). Abrió hospitales, hogares de ancianos
pobres y abandonados y huérfanos. Le llaman el «Padre de
los Pobres».
Extendió
así su obra caritativa a toda Sicilia, y perseveró hasta
el fin sirviendo a los pobres personalmente. La obra por él
fundada se extiende hoy, además de en Italia, por Rumania,
América (Estados Unidos, México, Brasil), África
(República Democrática del Congo, Camerún,
Uganda), y Asia (Filipinas y la India).Su vida interior y su ascetismo
consumaron en él al hombre de Dios. Murió en Palermo el
14 de marzo de 1888 en Palermo, con fama de santidad, querido por
todos, sin distinción de clases sociales, ideologías o
partidos. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 30 de octubre de
1983.